Capítulo 5: "Un paso a la vez. Parte 2"

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Demuéstrame entonces, con virtud y gracia,cuan excepcional es tu forma de danzar,que un alma libre y despreocupadasiempre es la mejor cuando se trata de bailar.

Marcus tiene bastante prisa en tomar las llaves y no tarda demasiado en llegar con Nadia en la entrada; Atzin con calma solo camina hasta el lugar y cuando llega, la secretaria está dando indicaciones a un Marcus ya ansioso por salir despegado de ahí. Las indicaciones van que la localización del coche está en el quinto piso de un estacionamiento y almacén de autos justo en frente, al otro lado de la calle; también del tipo de combustible que se le debe poner y la localización de artilugios dentro del coche.

Tras la extenuante explicación, Nadia le concede las llaves al nuevo. No perdiendo la oportunidad de probar las habilidades de Atzin, Marcus reta a su compañero a "Quien tenga las llaves al momento de llegar al auto, lo podrá conducir" y establece como reglas que "No se valen los golpes, pero se puede arrebatar la llave" para ver quién gana el derecho de manejar el auto.

Atzin obviamente rechaza la propuesta del novato, diciéndoles que discutir argumentando quién y porqué se queda las llaves es más razonable. Ante esa actitud tan aburrida, Marcus solo hecha a correr a toda velocidad dejando de lado al nahual, que se irrita sin contratiempo.

—¡Espera tú! ¡¿A dónde demonios vas?! —pregunta el nahual.

—¡A por el auto, pues a qué más! —grita Marcus pasando por la puerta.

Al verse ignorado totalmente, Atzin solo corre persiguiendo a Marcus intentando alcanzarlo. Saliendo del edificio, el novato le lleva claramente ventaja, faltándole poco para cruzar la calle; sin embargo, se detiene porque los autos están cruzando. El nahual toma eso como una oportunidad.

Marcus ni siquiera sabe que su compañero lo está persiguiendo ahora mismo, está distraído pensando que Atzin es demasiado aburrido y también en lo tanto que disfrutará manejando el coche, no puede esperar. De la nada, siente que las llaves se le resbalan de la mano y muy tarde descubre que, en realidad, Atzin se las ha arrebatado.

Atzin se aleja dando un salto que, al mismo tiempo, lo acerca a un puente peatonal; no duda en subirlo mientras corre lejos del alcance del novato.

—¡Espera! ¡Eso es trampa! ¡No dijiste que aceptabas mi desafío! —reclama Marcus, fastidiado.

—¡Pues acepto el desafío ahora! —enuncia Atzin.

Ante la respuesta, el nuevo sonríe emocionado pero aún con el ceño fruncido. Una carrera toma lugar entre los chicos y ahora el nahual lleva la ventaja, aunque Marcus no se rinde y comienza a realizar saltos acrobáticos en las barandillas de las escaleras para alcanzar a Atzin, que ya se encuentra en la parte plana del puente.

Atzin se siente victorioso viendo que está dejando atrás a Marcus, pero apenas poner la mirada en el camino nuevamente distingue a una ancianita que se cruza de por medio. El nahual frena como puede para no arrollar a la anciana, pero termina dando un salto para pasarla por encima; el lado bueno es que no atropella a la anciana, el lado malo es que lamentablemente aterriza mal.

Marcus le quita las llaves a un Atzin que trata de reincorporarse de la caída y retoma el frente en la competición; llega al otro extremo del puente pero en vez de bajar por las escaleras, pega un salto mortal, aterrizando de pie y esperando a que Atzin se asome. Apenas el nahual se fija, Marcus le saca la lengua, burlándose de que él sí pudo caer bien mientras que Atzin no; breves segundos después, vuelve a correr.

Atzin se saca de quicio y se tira del puente dando un salto, aterrizando con las manos y los pies, dando persecución a Marcus nuevamente.

Y así a lo largo de la carrera, los chicos van y vienen, jaloneándose y empujándose, quitándose constantemente la llave y Marcus haciendo burla a Atzin cuando puede. En un punto, tienen que subir las escaleras hasta el quinto piso en el almacén de coches, dando lugar a más acrobacias pera llegar lo más rápido posible. En estos momentos, Atzin posee la llave y siente que está cerca de ganar, a tan solo un simple salto de lograrlo; pero Marcus lo detiene tomándolo del pie, quedando ambos suspendidos en el aire.

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