Capítulo 21: "Rayos y centellas. Parte 1"

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Nunca se queda estático, sus golpes son violentos
su naturaleza es espontanea y llena de estrépitos,
pero su existencia es ínfima y se extingue,
quienes copian sus características pronto le siguen.

Han pasado tres días desde el regreso de los chicos al IPCEN, su combate y su compromiso entregando documentos y demás objetos a diversos nahuales. Este día jueves de trabajo, tienen permiso oficial para operar cualquier misión de campo abierto (a la cual se les crea pertinente claro) que gusten; así como también en esta fecha se cumple el mes preciso para adoptar una medida para cambiarlos de pareja; al menos si uno de ellos realiza la solicitud.

Estos días pasados no fueron tan diferentes al primer día de Marcus de hace un mes, donde rehuían interactuar entre sí, con la singular diferencia de que Marcus se mostró más cohibido en su extravagancia y Atzin más disperso en su introspección. La única comunicación que han tenido ha sido para pedirse un café, regañarse por los choques automovilísticos y competir vagamente por entregar los paquetes. No obstante, hoy día, sobraban los motivos por los cuales entrar en comunicación nuevamente.

—¡Atzin! —grita Marcus entrando pateando la puerta de la oficina con bastante euforia—, nos vamos de ronda.

—Llegas una hora tarde y ¿cómo que vamos de ronda?, somos agentes no mariachis.

—Estuve una hora convenciendo al jefe para poder dar la ronda, o bueno, para que entiendas mejor, para que nos permitiera hacer patrulla —comunica a su compañero sentándose encima de su escritorio—. Así que hazme el favor de apresurarte, puede que del resultado de esta misión dejemos o no de ser compañeros.

—Ya te acompaño, pero quita tu trasero de mi espacio —expresa el nahual con irritabilidad y a la vez entusiasmo.

El humano pone al tanto de todo lo requerido al Xolo durante su rutinaria caminata hasta el coche. Parece ser que los agentes rurales han notado actividad sospechosa de un nahual eléctrico en una zona noreste a la capital, en un área de matorrales entre dos pueblos de nombre Cañada Honda y Jaltomate, donde se presentan tormentas eléctricas inusuales desde hace como 4 días. Por si no fuera suficiente, hay lugareños y negocios pequeños que se están viendo afectados por el potencial peligro.

Antes de dejar el primer piso, Anette se abalanza rápidamente frente a los jóvenes, queriendo transmitirle un recado de Julián a su hijo.

—A-atzin, el jefe estará fuera durante el día entero y regresará mañana, ha viajado a la CDMX.

—¿Cómo? —interrumpe Marcus extrañado— si lo acabo de ver en su oficina hace como 5 minutos.

—Agente Marcus, e-es que sus asuntos eran de extrema urgencia y acababa de ser convocado de último mi-minuto.

Atzin recuerda hace poco un ataque realizado a una sede del IPCEN en Escocia la noche de ayer; y también una charla con su padre antes de ayer sobre una junta que tendrían con los altos mandos para hablar de ARLUNA y otros movimientos extremistas nahuales que se han producido, pero según lo que le había contado, se realizaría la semana siguiente.

—Muchas gracias por el aviso Anette, si llegas a contactar con el dile que le esperaré mañana para retomar las clases de náhuatl —comenta con una sonrisa escapándosele y con disposición a marcharse.

—Un momento, e-el jefe me pidió además darle este dispositivo —aclaraba la dama temblorosa mientras le entregaba un cubo pequeño—, como la misión a la que van está relativamente le-lejos, sería difícil darles apoyo en caso de necesidad. A-además los comunicadores son sus-sus-sus-

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⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

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