𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 15: 𝑆𝑒𝑛𝑡𝑖𝑑𝑜𝑠

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Liv se saltaría algunas clases por el bien de su tranquilidad mental, por suerte la escuela no tenía a nadie haciendo guardia en la entrada facilitando su salida. Una vez en la calle tomó su teléfono revisando los mensajes, JungKook no le había respondido todavía. Hace segundos había pasado por su salón encontrándolo vacío, ¿Habría pasado algo?

Olivia:
¿Está todo bien por allí?, estoy un poco preocupada.

JungKook:
Te llamaré en un momento.

—Eso no me calma—divisó la parada de autobuses en la otra cuadra. Fue hasta allí tomando asiento en el banco y justo en el momento recibía una llamada del pelimorado. Al responder colocó el teléfono en su oreja—Hola. Estuve pensando en ti el día de hoy, quería hablar con el director Kim pero tampoco fue a la escuela.

—Lo siento, yo...tuve un inconveniente.

Su voz fue un poco apagada. El ligero buen humor de Olivia se desvaneció, sólo JungKook cambiaba su humor así de rápido.

— ¿Estás bien?, ¿Tu madre está bien?

—Sí, ella está...bien.

— ¿Quieres que hablemos del tema?

Escuchó un suspiro del otro lado de la línea, miró el autobús que había llegado, contó las personas que bajaron y las que subieron. Tanto misterio estaba inquietándola.

—Mi madre se irá a Busan, Liv.

—Pensé que se quedaría unos días más.

—Desperté por la mañana y no podía ver nada—eso le preocupó—Entré en pánico, por suerte estaba aquí para calmarme. Apenas distinguía algo incluso usando las gafas—a la mente de Liv vinieron muchas cosas.

— ¿No puedes ver nada?

—Puedo ver si uso los lentes, pero algunas cosas no tienen color desde mi punto de vista.

—Por eso no fuiste a la escuela. ¿Renunciarás?

—Todavía no, no he hablado con nadie hoy, sólo contigo.

— ¿Y por qué tu madre se irá?

—Arreglará las cosas en casa para recibirme. Quieren que vaya allí lo más pronto posible—Olivia supo que eso significaba que no podría verlo tan seguido, sería incómodo aparecer con sus padres allí, habían ciertas cosas de la...¿Relación?, que se sentían...raras—Necesito practicar pronto, no quiero ser un inútil.

—No serás inútil, prometí ayudarte, ¿Recuerdas?—se levantó del banco—Envíame tu dirección, iré a verte.

▪︎▪︎▪︎

El timbre de la casa se escuchó, Olivia retrocedió un paso esperando que abrieran la puerta. La casa era de una sola planta, el jardín delantero tenía el césped recien cortado. Pudo distinguir el auto de JungKook estacionado frente a la casa, el vecindario no se veía tan mal, aunque la casa estaba un poco escondida. La puerta se abrió del otro lado, Olivia miró al chico de cabello morado acomodando sus gafas redondas, le permitió pasar y una vez dentro encontró el sonido de la televisión encendida en la sala.

El suelo era de madera, algunos cuadros abstractos o con paisajes naturales decoraban la mayoría de las paredes, la sala era acogedora pues al ser pequeña era más cómoda de lo que esperaba. Dejó su bolso sobre el sofá de color café notando un detalle.

— ¿Tu madre se fue?

—Hace segundos, si hubieras llegado un poco antes posiblemente la hubieras visto.

—Oh—se quitó el chaleco del uniforme dejándolo sobre su bolso. Recordó muy tarde que en Corea estaba la costumbre de quitarse los zapatos en la entrada, a JungKook le pareció un poco gracioso y tierno que se apresurara a quitarse los zapatos dejándolos en la entrada con los demás—Entonces...¿Qué colores no puedes ver?

—Mmm—se cruzó de brazos resaltando un poco los músculos en estos. Tenía unos pantalones de algodón con una camisa manga larga, el aire acondicionado de la casa estaba encendido mientras las ventanas se mantenían cerradas para evitar el escape del frío—Mi madre preparó algo de café en la mañana, me sirvió en una taza que era roja pero ahora sólo la veo gris.

— ¿No puedes ver el color rojo?—miró alrededor. Tomó un jarrón cuidadosamente— ¿Puedes ver su color?

JungKook respiró profundo observándolo, el jarrón tenía un color gris para sus ojos, pero la verdad es que era totalmente rojo.

—No creo que sea gris.

—Tranquilo, no te asustes—dejó el jarrón en su lugar— ¿Qué te parece comenzar con los demás sentidos?, ¿Con cuál te gustaría comenzar?

—Con ninguno.

—Muy gracioso—colocó sus manos en su cintura.

—No es muy agradable la sensación de fortalecer los demás sentidos porque la visión ya no ayudará—suspiró—Estaba realmente aterrado esta mañana.

—Oye, nadie dijo que esto sería sencillo—intentó animarlo. Colocó sus manos en sus brazos mirando sus ojos—Pero se puede intentar, ¿De acuerdo? Iniciaremos en la cocina, ¿Te parece?

JungKook asintió guiándola hacia allí, apreciaba que Olivia quisiera ayudarlo a hacer menos aterrador la experiencia, pero eso no quitaba el hecho de temer quedarse ciego a temprana edad. La cocina tenía muchas cosas por memorizar, Liv quería que el chico se enfocara en su olfato, tomó uno de los pañuelos de la cocina cubriendo sus ojos, la oscuridad invadió la visión de JungKook quien permaneció sentado en el comedor indicándole a Liv donde estaban ciertas cosas.

—Tienes buena memoria, eso te ayudará a ubicarte—comentó ella dejando algunas cosas en la mesa—Bien, usaremos tu olfato para distinguir olores.

—No creo que sea bueno en eso.

—Tu nariz grande no lo dice.

—Que graciosa—intentó pellizcarla. Sonrió ladinamente al escuchar su risita.

—Iniciaremos con esto—tomó una galleta de un envase. Antes de acercarla al rostro de JungKook la olfateó primero notando de inmediato el olor a chocolate— ¿Puedes adivinar?

—Galleta de chocolate.

— ¡Oh!, ¿Cómo...?

—Cualquiera identificaría ese olor. Siempre las como mientras reviso los trabajos de los estudiantes.

—De acuerdo—Liv dejó las galletas a un lado. Tomó una de las frutas que había colocado en un bol, JungKook usó su olfato captando un olor cítrico.

— ¿Naranja?

—Muy bien—sonrió. Fue escogiendo más cosas de las cuales JungKook adivinó casi todas—Usaremos tu boca ahora—al decir eso notó una sonrisita divertida en sus labios— ¿Qué es gracioso?

—No creo que deba decir esas cosas, señorita Miller.

—Tonto.

Él no pudo verlo pero supuso que ella se había sonrojado. Con una cuchara Liv fue permitiendo que JungKook degustara algunos sabores, primero el azúcar, la sal, un poco de miel, un trozo de manzana, etc. Al chico no le fue tan mal como esperaba, era mucho mejor que ella.

Quizás el saber que ella estaba allí no hacía tan aterrador el momento.

Quizás el saber que ella estaba allí no hacía tan aterrador el momento

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Profesor Jeon • JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora