18: La Verdad

74 12 2
                                    

El ambiente a su alrededor era magnífico, enganchante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ambiente a su alrededor era magnífico, enganchante. De ser posible, nunca saldrían de ahí. Ciertamente, no era el lugar más bonito, ni mucho menos romántico. Pero el cálido sentir en sus cuerpos, a unos centímetros de unirse, hacían que nada de eso importara.

El mencionado pelirrojo, confundido, no dejaba ni una sola palabra libre al aire, su confusión y sentimientos peleaban por dominar su cuerpo.

Aun pasados unos días, nuevamente se encontraban ahí, en el baño. No era el mejor paraje, pero era la mejor opción, puesto que estando afuera los podrían ver, armando un alboroto y generando chismes inciertos. Un baño no era el sitio más bonito para reunirse, pero el ambiente de este, como ya se veía invadido por la naturaleza, el sol cálido, el calor, la luz, mariposas por aquí y por allá, aunque fuera un punto extraño para estar, era cómodo.

—¿Qué somos?— Volvió a preguntar el azabache, impaciente por saber su respuesta, necesitaba saber si eso era algo serio, o, por el contrario, algo pasajero.

El silencio volvió a hacerse presente. El moreno, a través del espejo roto y sucio, percibió la duda que el otro tenía, sobre pensada, y eso era evidente. Estaba más que seguro, de que el pelirrojo sentía lo mismo, no necesitaba palabras ni actos para verificarlo, pues solo el cuerpo, la expresión y su mirada, delataban todos los sentimientos que el menor sentía. A lo mejor estaba equivocado, y nada más se estaba engañando a sí mismo, de ser así, si tuviera la opción, viviría en esa mentira por el resto de sus días, quería el cariño que únicamente el otro podía brindarle, el amor que le hacía falta, el aprecio que necesitaba para ser feliz.

—¿Pareja?— Respondió dudoso el pelirrojo. Ni él lo sabía, seguía confundido con los actos tan recientes, la “confesión'” del otro, y sus sentimientos también. Deseaba tener una relación oficial con el moreno, pero algo en él no cedía.

La situación, para ambos, se volvió un tanto incómoda, pues a pesar de estar conectados, mental y sentimentalmente, no sabían como expresarlo. El sentimiento mutuo que sentían era algo nuevo para ambos, recientemente empezaron a indagar en aquellos sentires, buscando el tesoro amoroso, en sí mismos y en el otro. Esa búsqueda estaba siendo complicada, pero a su vez, era tan hermosa, cada minuto valía la pena.

Dejaron el tema aparte, no iban a arruinar momentos tan cómodos como ese. En su lugar, disfrutaron de la presencia del otro, entre abrazos y cariños, bromas y molestias. Así de extraña era su relación.

Aun así, las dudas no faltaban, en especial para el azabache, que después de tanto tiempo preguntándose un millón de cosas, las dudas, necesitaban salir a la luz, quizá ese no era el mejor momento, pero al parecer, él tenía la necesidad de preguntar o hacer cosas innecesarias en los momentos menos indicados, era parte de su naturaleza curiosa.

—Lolo, el día de la llovizna, donde... tú sabes. ¿Qué hacías solo?, ¿Caminando bajo la lluvia?—

Tenía miles de preguntas, quería todas las respuestas, saber todo de él, pero si iba apresurado lo abrumaría, y no quería espantar al chico, iba a darle el tiempo que fuera necesario.

Bully Love [Loliplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora