Capítulo 05

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Capítulo 05: ¿Nammu?

—Hazlo.

—No.

—Andaaaa.

—Que no.

—¡Jungkook! ¡Hazlooo!

—Venus, amor, no me voy a vestir de policía y tampoco te voy a esposar, deja de soñar despierta ¿Vale?

Bufó sin dejar de jugar con los botones de mi camisa, y por el puro deseo de molestarla tomé sus manos y me alejé.

—Le quitas lo divertido a la vida... Literalmente —luego sonrió—. Bien, entonces me visto yo.

—No me gustan las policías.

—¿Y entonces qué te gusta?

—Tú me gustas.

—Santísimo Saturno, me has calentado ¡Ven!

Supe que diría algo como eso.

Venus me toma de ambas muñecas para tironear de mí cuando me disponía a abandonar el comedor, me empujó hasta que mi espalda chocó con la pared y gruñí en el proceso. La sonrisa que se va formando en su rostro la conozco, desde ya sé que no tengo escapatoria. Mi pulso se acelera cuando se acerca a mí como si me asechara y cuando está cerca va despojando uno a uno los botones de su vestido, sin dejar de verme fijamente cuando mis ojos se pasean por su cuerpo. Venus me deja observar a detalle su piel blanca y tersa cuando la prenda cae, lo bonito que le queda el sujetador de color vino tinto me tienta como siempre, al igual que las curvas de sus caderas y sus hermosas piernas.

Sabe como manipular a mi lado racional para que desaparezca aunque sea por unos minutos, y me encanta.

—¿Qué me harás? —pregunto solo porque quiero oír su respuesta.

—Te haré gemir, llorar y suplicar que deje que te corras.

—Eso no suena tan mal.

—Ya lo veremos.

—Grecia y Jimin...

—Ojalá y no se les ocurra bajar ahora.

Ahí está, si, su lado loquito que me arrastra con ella a hacer cosas imprudentes.

En el sillón de la sala, con fervor me besa en lo que se coloca sobre mi cuerpo. Sostengo sus muslos a los lados de mis caderas y la hago sentarse sobre mí en lo que abandono su boca para repartir besos por su pecho expuesto. Al contacto mueve la pelvis de forma lenta, empujando levemente contra mi sexo y haciéndome gemir. Gruño sabiendo que el trabajo que tenía por hacer quedará para mañana, así que nos doy la vuelta y es ella quien termina con la espalda pegada al colchón. Sus ojos grandes rosados se encienden y ella toca todo lo que puede.

Mis muslos, mi abdomen, mi pecho e incluso toma mi cuello para apretar ahí levemente antes de batir sus pestañas con diversión. Entre sus piernas simulo una embestida que le saca el aire por un momento, el gemido que suelta es una melodía exquisita que lleva mi nombre; una dedicatoria que jamás cambia. Pero me veo en la obligación de cubrir su boca con mi mano, no quiero que nos escuchen.

La voz de Venus es aguda por naturaleza, cuando habla, cuando ríe y cuando canta es como si se escuchara a una joven en la flor de su juventud. Por ende cuando estamos bajo situaciones como esta y el apetito sexual hace de las suyas su voz se vuelve uno y hasta dos tonos más alto, lo que la hace sonar como a una muñeca perfecta sacada de alguna serie animada.

Y eso me encanta más de lo imaginable.

—Mierda, tenía mucho trabajo por hacer.

—Hablaré como tú —murmura en lo que desabrocho su sujetador—: "¿Me importa? No, para nada. Ahora deja de joder".

Sunset Memories: The Death |Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora