Capitulo 10: pero como siempre, jamás le respondió.
Aria Ángel, Arcángel del fuego. Guardiana de las estrellas, dama de la guerra, mujer del rayo, hija de la ira y fiel servidora del príncipe del cielo y los sueños. Ave fénix entrenada en el núcleo del mismísimo sol de la vía láctea. Leal, hermosa, fuerte, fiel, orgullosa. La mejor guerrera creada.
"Creada".
Eso era, eso es lo que es.
Pero sentía, en ese momento, que todo su poder se reducía a nada al igual que las voluntades de su querido amo. Aquel al que había sido amarrada desde antes de nacer. Aquel que protegió su dignidad en numerosas ocasiones. Ese niño que la dejaba posar en su hombro cuando volaba feliz en su forma animal sin importar que sus ropas se quemaran hasta desaparecer.
Ese hombre a quien amaba y cuidaba con su vida.
Su amo, su dios. La razón por la que existe. Su todo.
¿Su hermano?
"¿Mi hermano?".
—Mi hermano.
¿Cómo se atrevían siquiera a pensar en ocultarle la verdad a ambos? Todos; Shamash, Inanna, Venus, Nammu.
Jimin.
Estaba enojada con el mundo entero, y su furia podía sentirse incluso en la sociedad que no tenía ni idea de lo que pasaba entre los seres celestiales, del gran problema que se formaba ni lo que le esperaba a su amado mundo.
Cuando Grecia visitaba el núcleo solar, el ambiente la reconocía y recibía de una forma que nunca le pareció inusual hasta ese momento. Las llamas de luz caliente que parecían fuego vivo la abrazaban con cariño, y le daban a sus plumas suaves una delicada caricia. Cuando Grecia visitaba el núcleo, sus cabellos rubios lucían como hilos dorados mágicos, su piel cremosa se fortalecía y toda herida era sanada. Sus alas se sentían más fuertes que nunca, y sus ojos verdes cambiaban a un dorado casi naranja bañado en furor y peligro.
Cuando Grecia ponía un pie en el reino de Shamash, los Ave Fénix se posaban a los costados del camino que sus pies recorrían y se iban inclinando a su paso.
Algo que para ella fue normal también, hasta ahora.
"Princesa Aria Arcángel, la luz y el fuego te reconocen como suya, siempre ha sido así".
Recordar las palabras cargadas de desinterés de Saturno le produjo escalofríos y al mismo tiempo rabia. Le habían faltado el respeto a lo grande, y estaba enojada. Tanto que sus alas tan blancas se mantenían alzadas como si en cualquier momento fuera a arrancar en un vuelo peligroso como cada que estaba en territorio de guerra, en lugar de mantenerse hacia abajo arrastrando por el suelo como casi siempre.
Jugar con magia era peligroso, jugar con seres como ella podría resultar peligroso... Apocalíptico.
Jugar con la paciencia y el corazón de un ángel siempre afectaba a terceros, el llanto de un alma como la suya era algo que nadie había presenciado y por el bien común, no debían de presenciar.
Sus botas de diamante blanco cubrían sus piernas hasta las rodillas como una armadura. Dejándose ver con cada paso debido a la abertura de su túnica blanca. Su cabello trenzado alrededor de su cabeza daba la impresión de tener una concha de caracol como tocado, y sobre este se enredaban tres cadenas de hierro rojo que simbolizaban sangre, ira y sumisión. En su cuello un colgante con el sol tallado sobre un dije de cristal.
Y esas dagas a los lados de sus caderas enfundadas en oro.
"—¡Vendieron a mi hermano para separarlo de la Samsara!
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Sunset Memories: The Death |Jeon Jungkook
FantasiaSEGUNDA PARTE DE «MOONCHILD» segundo libro de la saga Horti's Flowers. Han pasado años desde la problemática en el inframundo. Jungkook y Venus ahora tienen una bonita familia de seres divinos y cumplen con la misión de su existencia juntos. Pero nu...