Capítulo 29: ¿Y ahora a quién matamos?
Horas antes del juicio…
El león que me acompañaba no paraba de dar vueltas en el mismo sitio, al igual que yo. Lo otro que yo no podía entender, es porqué demonios no había nadie en el núcleo. Llevo horas aquí tratando de entrar a Oregón y mi padre no ha dado señales de nada. Sentado sobre una roca con los pantalones de mezclilla sucios y rasgados, me doblo las mangas de mi jersey a la altura de los codos y suspiro por enésima vez.
No logro entenderlo.
—¿Cuál dices que es tu nombre? —le pregunto al leoncito.
—Fuego.
Qué nombre más original eh, y yo partiéndome la cabeza para darle nombre a Shao cuando era cachorra, ja. Que pude haberla llamado no sé, Tierra.
—Muy bien, Fuego, repasemos la información.
Fuego torció la cabeza y agitó sus orejas, su melena blanca se movía con el ligero viento caliente en este lugar pero no tenía mucho pelo, aún era un león bastante joven. Aún así es bastante feroz, su tamaño es el doble de grande que un león común y corriente. Me levanto con las manos en los bolsillos y pateo una piedra. Luego fijo la vista por donde habíamos venido, el camino de piedra que lleva hacia Oregón.
—Los fénix ¿Qué son? ¿Cómo son ellos?
—Los acaba de ver, príncipe.
—Hablo de su actitud.
El león se sentó en el suelo, su cola bailando de lado a lado mientras me veía comerme la cabeza.
—Los ave fénix son majestuosas criaturas solares que habitan en Oregón desde que la zona existe —comenzó a relatar—. Hay diversas leyendas y cuentos sobre ellos mismos, pero todas tienen algo en común, su alteza.
—¿Que son unos creídos de mierda?
—Que son profetas, señor —dijo con obviedad, giré a verlo elevando una ceja—. Dicen que cuando un fénix te mira a la cara puede ver tu pasado, presente y futuro. Y que si un fénix te habla es porque quiere decirte lo que no puedes saber.
—Me hablaron porque soy de sangre real.
—No realmente. La sangre real no influye, si el rey Sol les pregunta algo y ellos no tienen nada para decir, no hablarán. Nadie puede obligar a un fénix a hablar.
Los pajaritos de fuego son profetas eh… Había oído algo sobre eso, pero no creí que era una habilidad tan importante. Hay muchos profetas hoy en día, mortales y no mortales. Jimin, por ejemplo, es uno de ellos. Pero la diferencia está en que Jimin tiene prohibido contar lo que ve, y estos parecen poder hacerlo al menos entre líneas.
—Entonces querían decirme algo —murmuro—… Algo que no puedo saber ¿Pero qué es?
Seguramente parezco demente con la mirada perdida, sucio, y hablando con un león que ni siquiera mueve la boca para vocalizar porque pues, no puede. Muevo los dedos y tuerzo la cabeza un poco de repente, recordando cada palabra dicha por los fénix rebotando en mi cabeza. Ellos me negaron, rechazaron mi divinidad como si no fuera digno de pisar sus tierras. Yo, el hijo de la luna, príncipe de los cielos y único heredero de… Un momento.
¿Único? No soy el único. Digo, Shamash es un imbécil que se burla de la atención femenina, mi madre y Coral son la prueba. Y no es la primera vez que me enfrento a la verdad de tener hermanos. Pero siempre fui considerado el único y más importante por ser hijo de dos deidades, y por ser el legítimo del Sol. Sus otros supuestos hijos —a quienes jamás reconoció como suyos—, eran hijos de mortales desamparadas que afirmaban haber caído ante una deidad. Pero yo… yo no soy bastardo, y eso atribuido al poder heredado de mi madre me convirtió en su descendencia más pura.
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Sunset Memories: The Death |Jeon Jungkook
FantasiaSEGUNDA PARTE DE «MOONCHILD» segundo libro de la saga Horti's Flowers. Han pasado años desde la problemática en el inframundo. Jungkook y Venus ahora tienen una bonita familia de seres divinos y cumplen con la misión de su existencia juntos. Pero nu...