Sunset Memories: The Death |Jeon Jungkook

Capítulo 09

Capítulo 09: Y a él clamó llena de esperanza...

-Tienes que ayudarme.

-Lyra yo...

Tomo su mano entre las mías, Hoseok las retira sin ser brusco. No le gusta que lo toquen. Suspiro, creo que... Creo que por fin mi paciencia se agota. Así que me quito la capucha, revelando mi cabello recogido por una peineta dragón de hierro y rubíes. Es lo único que llevo que aun me representa, pues justo ahora parezco una mortal callejera. He perdido mis fuerzas, mis ánimos y mi orgullo de deidad que todo lo puede.

No, no puedo hacerlo todo. Me enfada saber que para esto necesito ayuda.

¿A dónde se ha ido mi poder?

-Por favor -suplico, veo como me mira hastiado de mi insistencia-. Escucha, Eva se negó a ayudarme y Gaia no ha regresado siquiera. Todos me están dando la espalda con la única excusa de que deben protegerme.

Hoseok se cruza de brazos, hoy veo a sus cabellos blancos más opacos que nunca. La túnica platinada cubre todo su cuerpo y arrastra por el suelo, pero sus hombros están al descubierto y puedo ver una abertura en su pierna, dejando ver su pantalón holgado blanco y las botas del mismo color hasta la rodilla.

Su cabello ha crecido, lo lleva atado pero veo que le llega a los hombros.

-No es así, ellos de verdad te protegen. ¿Ya olvidaste lo que eres? Eres la Samsara de Terra, sin ti...

-¡Todo muere ya lo sé! -exclamo, cansada de oír la misma excusa- Pero oye, maté a un dios estando embarazada, puedo hacer cualquier cosa. Solo... Necesito que consigas una reunión con tu inquilina sirena.

-No es fácil, vida, a ella no le gusta que le hagan perder el tiempo.

-¡No es una pérdida de tiempo! -me mira mal, tampoco le gusta que le griten- Hoseok, por favor, sus portales interplanetarios son los únicos que me permitirán comunicarme con él sin cruzar.

-Si Shamash te prohibió...

-Shamash también se equivoca, no lo tengas en un pedestal. No me abandones ahora, me voy a enfadar y a nadie le conviene que eso pase.

-Siempre dices eso y lo único que has causado son grietas.

Quise gritarle en la cara que estaba siendo un idiota, pero solo yo puedo verlo estando aquí y no me apetece que los mortales me vean gritarle a la nada en un callejón mal oliente a las seis de la mañana. Lamentablemente no tengo fuerzas siquiera para ocultarme como él lo hace. Salir de la casa fue un martirio, tuve que bajar a Inframundo para enterarme de que hay una fisura nada normal que luego tengo que evaluar, y después salir por un portal que Talasea abrió para mí. Así que suspiro, recojo calma de donde ya no hay y le sonrío falsamente.

-Eso es porque me importa el bienestar de los otros -le digo- ¿Vas a esperar a que se me aflojen todas las tuercas para ponerte de mi lado? Comienzo a ver que en realidad el resto no se preocupa por mí, sino por ellos. Claro, a ustedes solo les importa que yo viva para que todo funcione, sin importar si me estoy muriendo de la angustia y la soledad en esa maldita casa. Debería... Entonces debería de dejar de preocuparme por el bienestar de ustedes y pensar en el mío ¿No? Será más justo.

Muevo mis dedos como si estuviera tejiendo en la peinadora, tejo mi hechizo, reúno una pequeña parte de mi magia. Los hilos rojos se van enroscando en mis brazos hasta llegar a mis dedos y flotar mientras bailan a mi antojo. Hoseok ve mi amenaza y da un paso atrás, luego suspira cerrando los ojos.

-Está bien, está bien yo... Haré lo que pueda, pero no te garantizo nada.

Esta molesto por mis tratos, así que hace el amago de irse y chasqueo los dedos. Un cofre de madera fina se materializa rápidamente.