Capítulo 14

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Ositos Cariñositos
Adriano

Despertarme es sentir una puta resaca que me taladra hasta lo más profundo. Dormí de la peor manera posible, la casita de campaña no ayuda mucho, es como dormir arriba de cientos de pierdas, tengo la espalda con dolores intensos. La garganta  me arde y un leve dolor de cabeza me entra pero me sujeto del suelo.

Alguien abre la parte de la entrada de la casita y me jode aún más el despertar por toda la luz que entra. La mano de ese alguien se pone en mi hombro y me sacude con fuerza.

Bufo y lo detengo.

—Hermano, ¿no vas a ir  a jugar futbol—preguntan y reconozco la voz, «Saúl»

Niego como puedo y poco a poco se me van abriendo los ojos.

—¿Tanta droga tomaste?

—Ni idea— río por lo bajo pero me detengo con la punzada que me avasalla.

—Ja, y después eres tú el que se queja de que yo la consuma y de qué se yo con que se cuánto.

Se ríe y palmea mi hombro.

—¿Cómo estuvo el trío?—susurra bien bajito.

¿Trío? ¿En serio? ¿Qué trío? Supongo que vio mi cara de confusión media dolorida y habló.

— ¿No recuerdas verdad?—niego— Anoche hiciste un trío.

Sus palabras son suficientes para despertarme y darme lo que viene siendo el peor susto de mi vida pero si lo hice, debió ser bueno.

—¿Con quién lo hice? ¿Contigo…?—la pena me toma peor, pero igual pregunto.

El niega.

—Fue con Eduardo y Natasha.

Lo miro y vuelvo a mirar, ¿Esto es de verdad? ¿Natasha perdió su virginidad en un trío? Podría ser un cabrón y decir que seguro la paso bien pero… « ¿Natasha?» Aun me cuesta creerlo. «No me imagino compartiendo nada con Eduardo y menos a ella»

—¿Cómo sabes que hicimos eso?—me siento sobre la tela de la carpa.

—Vi las sombras de los tres de un lado para otro haciendo cositas…—suelta una risa con malicia.

—¿Lo viste todo?—pregunto con  un poco de ilusión y el asiente—¿Entonces hubo penetración por parte de ambos?

La pregunta incluso me llega  asquear, seremos muy buenos amigos pero si hubo penetración y lo vio todo hasta el final, hubiese sido asqueroso. Por suerte niega rápido y se lleva la mano a la nariz como si yo fuese un idiota.

—Me sorprende el que no sepas la respuesta, pensé que siempre contabas en cada hueco que metías tu pelly.

Volteo los ojos—¿Hubo penetración?

—No, y me voy, ya de por si esta conversación es rara.

Asiento pero a un paso de salir vuelve a entrar de golpe.

—¡ALERTA ROJA! ¡Viene Natasha y no trae buena cara!

La advertencia me toma por desprevenido y terminamos saliendo los dos juntos de la casa de campaña pero él se manda a correr como un pendejo.

Natasha viene con mala cara, en pijama pero aun así eso no le quita el ligero aspecto de niña que trae.

—Eres un…—no termina de hablar cuando casi tengo su mano chocando con mi mejilla pero la detengo a tiempo.

—¿Qué te pasa?

—Anoche casi dejas que, que…—sus palabras se le entrecortan.

«Le da pena hablar de esto tanto como a mí» No pienso hablar con ella de cómo casi hacemos un puto trío.

Adictos A Lo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora