Capítulo 18
¿Y si jugamos?Adriano
Escucho los ruidosos tacones de mi madre alejarse de mí, va tomando la mano de su esposo y se quedan quietos en el portón, ahí es donde tengo que fingir tristeza al despedirlos porque la verdad es ventajoso que se vayan.
—Cuídate bien mi pequeño—adquiere mi mamá con un beso en la frente.
—Volvemos dentro de poco, no creo que haya problemas, pero llámanos si necesitas algo—recalca mi padre.
Esto es lo que tanto detesto, que me traten como a un niño, no se hasta cuándo tendré fuerza de voluntad para fingir que soy un chico bueno porque no lo soy ni jugando.
—Lo sé, cuídense—me despido formalmente.
No recuerdo la última vez que fui cariñoso sinceramente con ellos, no ando demostrando afecto como si fuera un peluche, no entiendo aún como no se dan cuenta.
Ellos se van por uno de sus tantos viajes laborales que duran algunos menos que otros, pero me da un respiro de su aura de falso amor.
Me dirijo al comedor con tremenda sed, cuando llego veo como las empleadas se susurran algo y disimulan una sonrisa hasta que notan mi presencia y se dispersan por el área.
—No se preocupen por mí, hagan lo que quieran—informo cómplice.
Me miran extraño y es cuando me doy cuenta de lo bruto que soy, ellas no saben que las vi haciendo sus cositas el otro día.
—Lo digo por si quieren salir o algo—repongo rápido.
Suavizan sus expresiones y vuelven a sus tareas con asentimiento de cabeza.
Subo los escalones de siempre y con pereza llego a mi alcoba para tirarme sobre la cama, busco mi celular y entro en mi aplicación favorita WatsApp. Veo a Natasha en línea y me surgen las ganas de conversar con ella.
Adriano: Mis papás se fueron hoy y viran en unos días, estoy solo.
El mensaje le llega en segundos pero ella no lo lee, salgo de su chat ya que no me responde pero su respuesta me llega y entro nuevamente.
Manguito antisocial: Ok ¿que me quieres decir con eso?
Adriano:Que quería saber si puedes venir a ver una película conmigo.
Sé que al otro lado de la línea debe estar muy nerviosa, conociéndola debe estar insegura porque sabe cómo terminan nuestras conversaciones. «¿Por qué pienso que la conozco?»
Manguito antisocial: ¿Quieres ver una peli conmigo?
Adriano:Por algo te estoy invitando.
Sabía que estaba nerviosa, la pobre no sabe ni qué pensar y me gusta en cierto modo tener ese poder sobre ella. Los minutos pasan y sigo sin una respuesta por su parte y entonces me da la idea de cambiar el objetivo de la conversación.
Adriano:¿Por que mejor no nos bañamos en mi jacuzzi?
Estoy convencido de que está por tirar el celular, ella desprende esas emociones tan raras que solo imaginarla me hace reír abiertamente.
Manguito antisocial: Está bien, ¿a qué hora puedo ir?
Adriano: Cuando salgas de la escuela.
Admito que eso de ella me atrae demasiado, es extrovertida, sabe lo que puede pasar sola conmigo en un jacuzzi y aún así aceptó. No puedo asegurar que no me pasaré de los límites con ella esta tarde, pero si sé que cuando Natasha me pida que pare lo haré, yo no seré un causante más de sus traumas.
ESTÁS LEYENDO
Adictos A Lo Oscuro
Roman d'amourAdriano no es un Dios Griego, aunque para muchos es eso y lo que le sigue. Sus padres aun lo ven como todo hijo de millonario que en conclusión termina siendo perfecto. Aun no se imaginan lo que hay detrás de todo ese dinero y como Natasha una joven...