Natasha
Es asqueroso salir a la calle y que hasta abuelos me miren, todos digan cosas cochinas pensando que son piropos. Me encanta la ropa que se ajusta a mi cuerpo al igual que me encantaría presumirlo pero al salir la calle y recibir la atención de todos simplemente desisto.
Siento abrirse la puerta principal y por esta pasa mi madre seguida de papito.
—¿Almorzaste?—mamá me besa la frente y sigue hasta la barra.
—Sí, en la escuela—respondo tranquila.
—Ven, te traje una caja de jugo de manzana—sabe que es mi favorita.
—Gracias—le devuelvo el beso.
Llego hasta papito y agacha la cabeza para que pueda darle un abrazo.
Cierro la puerta de mi habitación y saco mi teléfono lista para hacer video llamada con mi papá.
—Hola ¿qué tal estás?—le pregunto cuando aparece en pantalla.
—Bien mi amor ¿y tú cómo estás?
—Bien, solo que la escuela me mantiene ocupada y más ahora que me mudé y esas cosas...—pone cara de desentendido— Si papá, nos mudamos hace unos días, pero está todo en orden ¿ok?
—No me habías dicho eso— reprocha.
—Ya te dije, estoy muy ocupada y no tuve cabeza para decirte eso, no tiene importancia.
Un segundo después de decir eso es cuando me reprocho el mentir, claro que me tiene preocupada, todo me preocupa.
— ¿Estás ocupada para tu padre? Vale cariño—expresa con hipocresía.
Es una persona muy complicada y sé que su mente debe ser tratada con palabras bien escogidas si no quieres terminar peleando como me acaba de pasar. Con el tiempo he aprendido que hay que maquillar las palabras para hablar con él y así evitarme problemas.
—No es estoy ocupada para ti, lo estoy para todos. ¿Quieres que tenga un buen futuro, verdad? Pues tengo que poner toda mi concentración en estudiar y por eso no te lo conté, pero solo fue por eso ¿ok?—trato de calmarlo con un poco de manipulación.
—Buenos, tú sabrás— se limita a decir.
—Besos, otro día hablamos—pongo mis labios en la pantalla y el hace lo mismo.
—Te quiero mucho— se le aguan los ojos.
—Yo también papá—cuelgo la llamada antes de ponernos sentimentales.
Miro la hora que es y...las 4:30 pm.
Salgo a la sala encontrándome con mi madre.
—Ma ¿puedo quedarme a dormir hoy en casa de Maiki?—me siento a su lado en el mueble
Ella no sabe de mi situación con Maikel, así que lo puedo usar como excusa para ir a la pijamada.
—¿Por qué no viene él?—me mira extrañada
—¡Ay mamá!, siempre viene el, déjame ir yo una vez, por favor—le hago ojitos suplicantes.
—Ahora que tocas ese tema, ¿Maikel me odia por mudarnos?
“No, pero yo sí” lo pienso y casi lo digo pero me contengo porque puede terminar mal.
—Para nada, solo debe estar ocupado con pruebas, tareas…
—¿“Debe”? ¿Tan poco sabes de tu mejor amigo Natasha?
E aquí la diferencia en cuando hay que mentir y cuando no hay que hacerlo pero de todas formas lo hace. No estoy preparada para un interrogatorio, no hoy, no ahora.
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Adictos A Lo Oscuro
RomanceAdriano no es un Dios Griego, aunque para muchos es eso y lo que le sigue. Sus padres aun lo ven como todo hijo de millonario que en conclusión termina siendo perfecto. Aun no se imaginan lo que hay detrás de todo ese dinero y como Natasha una joven...