Capítulo 19

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Adriano

Mi despertar matutino el día de hoy es más normal de lo normal. Si recuerdo bien ayer tuve una noche bien intensa y a la vez muy buena. Tener sexo con Natasha ha estado en mi mente hasta ahora.

Al momento me pareció precipitado, pues ella tuvo un pasado bástate difícil «nada mas de recordar sus palabras la rabia me carcome»
No se merecía lo que le paso y a la vez creo que no me merece, ni mucho menos yo merezco estar a su lado cuando mis intenciones fueron claras desde un principio.

Despierto y ella no está  a mi lado pero recuerdo cada uno de los detalles de anoche. No me molesta el que se haya ido, debe ser bien incomodo, hasta para mí.

Simplemente supero el hecho de que se fue y voy directo al baño, luego me visto, desayuno y como que las empleadas se pasan aquí todo el tiempo pues les pregunto algo que me carcome.

― ¿Vieron cuando la chica que estaba en el cuarto conmigo se fue? ―les pregunto llamando su atención.

―No―niega una y rápidamente sale del comedor.

La otra chica se queda mirándome con pena. Veo como se encoge en su lugar y siento sus dudas a la hora de hablar.

― ¿Sucede algo? ―le pregunto.
Veo como lentamente saca del bolsillo de su delantal algo que al parecer se me hace muy conocido. Son unas bragas que recuerdo a la perfección, la de Natasha.

―Esto lo encontré ayer en el jacuzzi―me lo entrega en mi mano y lo tomo con más gusto del que debería.

Están un poco húmedas y disfruto del tacto.

Al parecer Natasha es buena escurridiza o las chicas estaban en lo suyo y no la vieron. La cosa es que de mi ella no se escapa. Guardo las bragas en el bolsillo de mi pantalón y corro hasta mi cuarto y busco mi teléfono. En el camino de vuelta al comedor voy escribiéndole un mensaje a Natasha para que sepa en lo que se metió.

Adriano: De mí no te escapas manguito antisocial.

Vuelvo a sentarme en la mesa y tomo una fresa. ¿De dónde las sacan si aquí en Cuba eso ni existe? A veces mis padres se pasan con tratar de complacerme. «Complacerme» «Complacer» «Placer» No sé porque todas esas palabras me llevan a un pensamiento muy caliente. Me imagino a Natasha, mientras paso la puta fresa por todo su cuerpo. Estoy tan ardido y caliente que me es surreal.

La vibración de mi teléfono en mi otra mano me saca de los pensamientos.

Natasha: Me llamo Natasha y en estos momentos chica sin virginidad.

Joder, ¿sabrá lo mucho que me provocan sus palabras? Solo me pongo a pensar en la noche de anoche, como me entrego su virginidad aun sin conocerme del todo, porque eso es otra cosa, somos desconocidos aprendiendo a conocerse.

Adriano: Dejaste tus bragas tiradas aunque prefiero pensar que me las dejaste de regalo.

No demora en responder.

Natasha: Te las regalo, ya te he hecho dos regalos.

«Dos regalos» Primero pienso en una pregunta, ¿cuál es el otro que no conozco? pero me empiezan a venir ideas e ideas y caigo en cuenta de que puede ser que hable de su virginidad.

Adriano: Y creo que de ninguno te arrepientes.

Jugar con ella debería ser mi gusto culposo.

Natasha: ¿Cómo lo sabes?

Adriano: Porque me hiciste una maldita broma sobre tu virginidad así que…

Natasha: Inteligente.

Adictos A Lo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora