Capítulo 18 Parte 2

30 8 16
                                    

Dejando marcas

Adriano

Se termina el contenido del vaso de un trago más y se levanta suavemente hasta salir del jacuzzi, cuando sale por completo admiro su figura con deseo, el pullover se le pegó a los pechos y la licra blanca se volvió transparente por el agua dejándome ver su ropa interior de color rojo, es una tanga.

—Debiste pensarte un atuendo más colorido para hoy, lindas tanguitas—me adelanto a decir cuando deja su vaso sobre la mesa.

Se mira de reojo y queda inmóvil por unos segundos y cuando reacciona hace lo que no imaginé que hiciera, se quita el pullover y lo manda a volar «tiene las tetas mas grandes de lo que creí», baja su licra lentamente y joder, que sexi. Tira las prendas por el alrededor del patio y se hunde en el agua nuevamente, sentándose más pegada a mi que antes.

—Es verdad, pero si ya me viste la ropa interior para que seguir con aquello tan apretado.

—No sigas por ahí Natasha.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo de no poder controlarte?

—No es eso—aclaro.

—¿Entonces que es?—inquiere curiosa.

—Seguro buscas lo que buscan todas—aseguro.

—¿Que buscan todas según tú?

—Amor.

—Te equivocas, yo no quiero que te enamores de mí—refuta.

—¿No? ¿Entonces que quieres?—pregunto intrigado.

—Quiero que te vuelvas adicto a mí— suelta sin más.

Siento como me cosquillea el miembro al instante con solo escuchar sus palabras, sin duda me puedo volver adicto a ella.

Se lanza a mis labios con hambre y deseosa, me besa ferozmente y no me demoro para responderle trepandola sobre mis pies. «Ya siento que me estorba la ropa.»

Mueve las nalgas de arriba hacia abajo rozando mi bulto, no sé cómo pero sabe menearse. La nalgueo un par de veces y ella jadea maliciosa sobre mis labios.

Separo mi rostro del suyo y nuestras respiraciones ya están agitadas, sus labios rojizos e hinchados me hacen sonreír, tomo el tirante de su brasier y comienzo a bajarlo con lentitud sin dejar de mirarla, no quiero que se sienta intimidada y terminemos mal por lo que mis pasos serán cautelosos. Ella no parece disgustarle mi acto así que los bajo completamente, sus senos son del tamaño de mis manos, ni más ni menos, los masajeo y veo como cierra los ojos soportando la delicia del tacto.

—Toca más Adriano—ordena jadeante.

—¿Segura que estás lista Natasha?—pregunto sin dejar de tocar.

—Si—confirma.

Vuelvo a sus labios, esta vez más hambriento y muerdo su labio inferior, sonríe sobre los mios y meto mi mano en sus tangas, toco por arriba su intimidad y percibo como se tensa.

—Déjate llevar, lo vas a disfrutar—garantizo con un hilo de voz.

Asiente y poso mis dedos en su clítoris, lo masajeo de un lado a otro sintiendo como Natasha se estremece y suelta sus primeros quejidos de placer, escuchar eso me calienta más y aumento el ritmo en esa superficie, hago círculos y remolinos que la hacen arquear la espalda dándome oportunidad de atrapar una de sus tetas en mi boca, lamo alrededor de sus pezones duros, chupo y dejo pequeñas mordidas.

—¡Adriano!

—¿Estás disfrutándolo?—articulo separándome de sus senos.

Asiente aún con los ojos cerrados y muevo con más presión los dedos en su zona sensible, aprieta mi hombro con fuerza y abre los ojos para mirarme con morbo.

Adictos A Lo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora