Capítulo 16

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Capítulo 16
Adriano

Respirar el buen ambiente que hay en una cancha es lo mejor que hay para mí. Creo que lo único que me gusta de venir a la escuela es el turno de deporte donde nos ponen a jugar fútbol, bueno y ver un par de universitarias buenísimas también.

—Atiendan para acá— grita el entrenador captando la total atención de mis compañeros— Hoy quiero que hagamos una competencia de fútbol, hembras contra varones.

Al momento se escucha como mis amigos protestan y se niegan a competir contra las hembras. No es tan mala idea ¿saben lo sexi que se ven las chicas jugando fútbol? Yo sí quiero.

—Profe si las vejigas del aula ni saben jugar—reclama Saúl y los demás lo apoyan.

Solo puedo reírme por la reacción exagerada de  mis amigos.

—No vamos a jugar con las niñas de esta aula, ellas son flojas— aclara con diversión y algunas lo miran mal— jugaremos con las de otras aulas, se de algunas que son muy buenas— solo eso y me deja con intriga.

¿Cuáles son las niñas que juegan fútbol en esta escuela? He visto a pocas y me parece extraño porque la mayoría son torpes.

—Profe ¿cuáles juegan bien?— pregunto en momento de silencio, ahora todos me miran como si fuera imposible lo que dije.

—No me digas que tú quieres jugar con las hembras— cuestiona Eduardo con asombro. ―Bueno ya, ni me respondas se te nota.

—No jodas Adriano—replica Saúl sin creérselo aún.

— ¿Qué tiene de malo? Ustedes no saben lo sexis que son las hembras cuando juegan fútbol parece— alego y quedan pensativos.

«Son tan exagerados a veces, que me dan ganas de meterles un balonazo para que reaccionen»

—Bueno una de las que mejor juega es Natasha, otra es…—informa el profesor y me impaciento.

¡¿Natasha?! ¿La Natasha que conozco?

— ¿Cuál Natasha profe?— interrogo con ansias de que me afirme si es ella.

―Seguro es la del trio― suelta Eduardo y le pongo mala cara.

Todos escucharon lo que dijo y al momento comienzan a intercambiar miradas entre él y yo.

—Una muchachita del tercer piso, bajita, pelo castaño...—no termina la frase cuando lo interrumpo.

―Es ella― Eduardo asiente con una risa burlona.

― ¿Qué paso con ella? ¿Tuvieron un trio? ―le pregunta un chismoso del equipo.

―Casi casi, pero bueno para más información pregúntenle a Adriano― me señala cuando trato de alejarme para no partirle la cara.

― ¡Cojone papi que clase de boca tienes! ―le grito.

Voy hasta el profesor, después de esto no sé cómo se sentirá Natasha jugando aquí porque ahora todos los barones la van a mirar con otra cara.

— ¿Su aula es la que tiene como guía al profesor Miguel?— conozco a ese hombre y si es su aula, es la Natasha que tanto me atrae.

—Sí, esa misma, ve y búscala, dale— ordena girándose hacia los futbolistas de mi aula que ya han empezado a jugar sin mí.

Subo las escaleras a una velocidad arrolladora, con la respiración agitada me voy acercando a su salón de clases y no sé si el corazón me late fuerte por la carrera o porque no sé cómo tratar con ella después de la confesión que me quito el sueño hace unos días.

Adictos A Lo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora