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—¡Un «come y huye»!

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—¡Un «come y huye»!

—¡Se fue por ahí!

Gritos furiosos llenaron el mercado. Los carriles estaban abarrotados de trabajadores enfadados de todo tipo de puestos de comida. Claramente, esta situación era el resultado de que Ace hiciera las rondas sin dinero.

Estaba seguro de que lo encontraría encabezando la fila de trabajadores cabreados que empujaban hacia el frente. Pero no era una situación que pudiera manejar en esa circunstancia. Tenía que haber una forma mejor de atravesarlos para llegar a él...

Me preparé para la acción. Mis ojos brillaron.

—Muy bien, parece que esto va a requerir alguna negociación... Necesitaré que se aparten de mi camino.

Sacudí los hombros y los puños, y luego agarré al hombre que estaba al final de la fila.

—Hey.

Cuando el tipo intimidante se volvió para mirarme, le dediqué mi sonrisa más simpática.

—¿Cuánto te debemos?

De esta manera me abrí paso por la fila, pagando a cada trabajador de la comida y disculpándome a su vez.

Por fin pude ver a Ace en una zona de atracciones con temática de burbujas llamada Sabaody Park, debajo de la noria. Al parecer, le atrajo el olor de los puestos de comida.

Al final terminé de pagar a los últimos comerciantes de comida que perseguían a Ace y llegué a su lado, jadeando y resoplando. Estaba sentado en un banco cerca de la noria y, aunque como si fuese cosa de mentira, estaba profundamente dormido.

De hecho, se encontraba durmiendo con las mejillas aún completamente llenas de comida.

Había un pincho a medio comer en cada mano, que debía ser la comida que acababa de pagar.

—¡Si comes comida... la pagas! —Dije, como una madre que da lecciones de etiqueta a un niño, y luego golpeé a Ace en la frente.

—¡¿Mmmlp?! —Ace se despertó, con las mejillas abultadas. Miró a su alrededor con sueño, parpadeó y se tragó todo lo que tenía en la boca de un solo trago—. Ah..., ¡eso estuvo muy bueno! Seguro que he comido y corrido mucho. De hecho, he corrido tanto que he vuelto a tener hambre.

—¿Cómo diablos funciona tu cuerpo? —Engulló los trozos de carne que quedaban en sus pinchos y se dirigió a otro puesto de comida, así que le lancé su cartera—. Toma. No causes más problemas.

—¡Mi cartera! ¿Es... más ligera de lo que recuerdo?

—Por supuesto que lo es.

—Hm...

Parecía que no era capaz de sumar dos y dos.

Suspiré; mi trabajo estaba hecho. Levanté la vista hacia la rueda gigante que había en lo alto y escuché a los niños gritar de alegría.

Ace's Story vol. 1 [Versión en español] ━━ [Finalizada]《44》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora