Teymor.

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- ¡Ya me voy! - Grité bajando de las escaleras a Razz y quién sea que se encontrara en la cocina con ella. Catra ya me estaba esperando afuera. Habíamos decidido que cada quién iría en sus respectivos autos y nos encontraríamos ahí.

- Ten cuidado, Mara querida.

- Oye, ¿A dónde vas?

La voz de Adam me hizo detenerme para verlos y en realidad todos estaban en la cocina.

- Voy a ir con Catra y sus amigas a un parque de diversiones.

- ¿Teymor?

- ¿Lo conocen?

- Sí - Respondió Adam como si fuera obvio - Todo el mundo lo conoce, Adora.

Que bien. Sí era la única que no lo conocía.

- Deberías de decirle a tu novia que venga a cenar algún día, querida - Se le ocurrió a Razz.

Abrí mis ojos con terror.

- ¿Qué?

- ¡Sí! ¡Invitala a venir! - Le siguió Mara.

- Yo... No creo que pueda, va a estar muy ocupada en éstos días con sus entrenamientos para los partidos así que... - Respondí retrocediendo a la puerta para escapar de esa conversación.

- Oh, bueno... Pero si un día está libre dile que puede venir.

- Les cocinaré la cena - Dijo Razz.

- O podemos pedir algo - Dijo Adam en un murmuro para después recibir un zape de parte de Mara.

- Sí, se lo diré - O tal vez no - ¡Nos vemos!

Salí corriendo al auto de Catra dónde ella estaba escribiéndole a sus amigas.

Me dedicó una sonrisa cuándo entré.

- ¿Estás lista?

- Sí, Razz me detuvo un poco pero estoy bien.

- ¿Qué quería?

- Nada, sólo quería saber a dónde iba - Mentí.

- Oh - Catra no le dió mucha importancia y comenzó a conducir.

Ya sé lo que piensan, pero sabía que Catra aceptaría cenar con nosotros si se lo decía.
Y una cosa era fingir que éramos pareja con ella simplemente esperándome afuera de mi casa para invitarme a salir, y otra muy distinta era llevarla a casa y presentarla a mi familia.

Si hacia eso Razz y mis hermanos se encariñarían con ella. Y cuándo llegue la hora de dejar de fingir será más difícil para ellos.

Será más difícil para mí.

Y no tenía pensado dejar que me rompieran el corazón.

- No pensé que fueras a querer ir - Admitió Catra.

- ¿Por qué no? Puedo dejarme llevar a veces.

- Sí, eso me consta - Rió y sabía que había pensado en esa noche de la fiesta.

- Okay, ésta vez prometo no tomar nada de más.

- Aún sigo sorprendida de haberte escuchado cantar ese tipo de canciones - Me dijo - No pensé que te gustara el estilo de Avril Lavigne.

La miré levantando una ceja.

- Es mi cantante favorita.

- No te creo - Se mofó volteando a verme pero su sonrisa desapareció al ver mi mirada de total seriedad - ¿En serio?

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