Enchanted to meet you.

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Había llegado al primer día de clases en la preparatoria, mi papá me había comprado el auto que tanto le había pedido. Una hermosa Jeep de color guinda.
Mis amigos claro no dejaron pasar la oportunidad y me pidieron que los llevara a la escuela.

Los tres llegamos a la escuela y yo estaba por entrar al estacionamiento que estaba algo lleno.

- ¡Cuidado, Catra. Vas a chocar!

- No voy a chocar, Entrapta. Papá me mataría si lo hago.

- Tal vez si alguien hubiera llegado más temprano a recogernos...

- Tal vez si alguien no se hubiera tardado tanto en arreglarse... - Le Respondí a DT, mi mejor amige, levantando una ceja.

- Bueno, no saquemos culpables.

- ¡Mira, gatita montés! - Señaló Scorpia a un auto que estaba saliendo - ¡Un lugar!

- Ya lo ví - Sonreí, conduciendo hacia allá.

Aún era nueva conduciendo, pero logré estacionar la camioneta sin heridos, lo cuál me sorprendió un poco para ser sincera, ya que el estacionamiento estaba hecho un desastre con autos entrando y saliendo y personas metiéndose por el medio de los autos para llegar a clases.

Ah sí, habíamos llegado un poco tarde, para variar.

Cada uno teníamos clases diferentes las primeras horas hasta el almuerzo, así que cada uno intentamos llegar a nuestros salones por nuestra cuenta.

Los pasillos estaban llenos de chicos hablando y haciendo nuevas amistades y otros reencontrándose.

Yo en realidad no veía a nadie conocido al rededor, pero supongo que conocería a personas nuevas en el equipo de futbol, estaba pensando hacer las pruebas para entrar, lo que me tenía emocionada ya que a mi papá y a mí nos gustan los deportes y había estado practicando con él durante las vacaciones.

Me estaba abriendo pasó entre las personas que intentaban encontrar y llegar a sus salones, algunos incluso empujaban, así que también empujé.

Una cabellera rubia pasó al lado mío empujándome mientras corría hacia un salón.
No pude ver su rostro ya que se adelantó con prisa con el rostro hacia abajo intentando sostener los libros y útiles escolares que se iban cayendo de su mochila medio abierta.

- Lo siento - Me dijo, así que supuse que no lo había hecho a propósito.

Algo rozó mi pie, por lo que ví hacia abajo y noté que se le había caído una pluma de... Unicornio.

Sonreí mientras me agachaba para levantarla y la giré por mis dedos.

Levanté la vista para buscarla y me dí cuenta de que la chica entró a un salón que en realidad era el mío.

Huh, bueno, debía agradecerle por haberme ayudado a encontrar mi salón.
Y devolverle su pluma.
Y tal vez algo más.

Me abrí paso entre los chicos del pasillo y entré al salón de clases que ya estaba casi lleno.

Me dí cuenta de que la chica estaba sentada al frente, buscando algo en su mochila.
Sus mechones rubios caían a su rostro desde un fleco hecho a prisa.

Sonreí, acercándome hacia ella y parandome frente a su pupitre.

Levanté la pluma de unicornio frente a su rostro y ella volteó a verla.

- Se te cayó - Le dije.

Entonces miró hacia arriba y los ví.

Ví sus ojos azules.
Sus mejillas rosadas.

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