Capítulo IV

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Después de salir Percy se fue con Annabeth y yo vine a ver a mi amigo Will Solace, hijo de Apolo y un chico bastante apuesto. Cuando estoy con Will me siento feliz y contenta, el me a enseñado arco desde que llegué y a decir verdad verdad me ha tenido mucha paciencia.

-Muy bien, Andy-me felicito-¿Haz estado practicando con los dardos?

- No puedo usar dardos en casa-dije sonriendo-, cuando lo intente por poco le di a Percy.

Will soltó una risita que me hizo suspirar. Pero así como me siento con el, también sentía que me faltaba algo para estar completa. El lindo momento de los dos fue arruinado por uno de sus hermanos y un hijo de Ares.

Pronto, la cabaña de Ares ardía en llamas y náyades del lago de canoas corrían para traer agua. Entonces los campistas de Ares invocaron una maldición, y las flechas de los chicos de Apolo se volvieron de goma. Los hijos de
Apolo continuaron disparándolas a los hijos de Ares, pero las flechas simplemente rebotaban. Dos arqueros corrían perseguidos por un furioso hijo de Ares que gritaba en verso:

-"Maldiciéndome, ¿Eh?, ¡les haré pagar! /¡Yo no quiero todo el día rimar! -

Will Suspiró

-No otra vez. La última vez que Apolo maldijo una cabaña, tomo una semana para que dejaran las cuartetas en verso.-

Yo me estremecí. Apolo era el dios de la poesía así como de la arquería. y lo había escuchado recitar en persona. Prefería que me dispararan una flecha.

-¿Por qué pelean, de todos modos?- pregunté

-Ése carro volador.-

-¿Qué?-

-Preguntaste por qué pelean.-

-¿Hablas en serio?.-dije acercandome a el-, ¿Por ese estúpido carro pelean sabiendo la situación que tenemos en manos?.

-Lo sé, suena tonto-dijo Will ruborizandose-, mis hermanos creen que tienen el derecho sobre el y Clarisse no ayuda mucho peleando junto a sus hermanos.

Me agaché mientras Michael Yew bombardeaba a un campista de Ares. Éste trató de acuchillarlo y lo insultó en verso. Era bastante creativo rimando ésas palabrotas.

-Peleamos por nuestras vidas, Will -dije -y ellos se muerden por un estúpido carro.-

-Lo superarán, -dijo Will -Clarisse entrará en razón.-

No estaba tan segura Eso no sonaba como la Clarisse que yo conocía. Los hijos de Ares llegan a ser tercos como mulas viejas. Will me tomo del brazo antes de que un hijo del Dios de la guerra cayera sobre mi.

-Gracias...

- No hay de que, bonita.

-¿Andy?-me llamo mi hermano-¿siguen ocupados?

La mirada no era dirigida a Will o a mi, si no a el intento de abrazo de Will al momento de moverme. Will me soltó lentamente mientras veía atento a mi hermano.

-Eh...si, de hecho ya estaba por terminar la sesión de hoy, Andy.

Y sin más se fue a su cabaña esquivando a sus hermanos e hijos de Ares.

-¿Qué pasa?

-Tenemos que ir con Quirón.

De camino a la Gran Casa leímos el último reporte, que estaba escrito a mano en una hoja de maple, de un sátiro en Canadá. De ser posible, la nota me hizo
sentir aún peor.

-Querido Grover, - Percy leyó en voz alta -los bosques a las afueras de Toronto han sido atacados por un malvado tejón gigante. Traté de hacer lo que me sugeriste e invocar el poder de Pan. Nada pasó. Muchos árboles de náyades fueron destruidos. Nos retiramos a Ottawa. Por favor aconséjanos. ¿Dónde estás? Gleeson Hedge, protector.-

Los Hermanos Jackson y El Último Héroe del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora