Capítulo III

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Los señores del consejo se habían reunido alrededor de la mesa de ping-pong, en lo que Quiron, Annabeth y Percy llegaban. Pero eran demasiado ruidosos.

No me pregunten por qué, pero la sala de recreación se había convertido en los cuarteles informales del consejo de guerra en el campamento. Cuando Annabeth, Quirón y Percy llegaron, bueno, parecía un concurso de gritos. Me puse aún lado de mi hermano viendo a esos dos gritar con todo el pulmón.

Clarisse todavía estaba con su armadura completa. Su lanza eléctrica ajustada a su espalda. (En realidad su segunda lanza eléctrica, porque Percy rompió la primera. Había llamado a su lanza "mutiladora". A su espalda todos la llamaban "ahuyentadora"). Tenía su yelmo con forma de jabalí bajo el brazo y un cuchillo en su cinturón.

Estaba en medio de una discusión con Michael Yew, el nuevo líder de Apolo, que se veía muy cómico porque Clarisse era 30 centímetros más alta. Michael había encabezado a la cabaña de Apolo después de que Lee Fletcher muriera en batalla el verano pasado. Michael medía 1.55 metros, con otros 50 cm. de actitud.

Me recordaba a un hurón, con su nariz puntiaguda.

-¡Es nuestro botín!- gritaba, parándose de puntillas para alcanzar la cara de Clarisse. -¡Si no te gusta puedes besarme el carcaj!-

Alrededor de la mesa la gente trataba de no reírse- los hermanos Stoll, Pólux de la cabaña de Dioniso, Katie Gardner de Deméter. Incluso Jake Mason,
apresuradamente nombrado nuevo líder de Hefesto, contenía una ligera sonrisa.

Solo Silena Beauregard no prestaba atención. Estaba sentada junto a Clarisse y miraba sin ver la red de ping-pong. Sus ojos estaban rojos e hinchados. Una taza de chocolate estaba intacta enfrente de ella. Parecía injusto que tuviera que estar aquí. No podía creer que Clarisse y Michael estuvieran ahí, junto a ella, discutiendo por algo tan estúpido como un botín cuando Silena acababa de perder a Beckendorf.

-¡Basta! - grito Percy-¿Que están haciendo?

Clarisse se enfureció.

- Dile a Michael que no sea un imbécil egoísta.-

-Oh, eso es perfecto, viniendo de ti.- dijo Michael.

-¡La única razón para que esté aquí es apoyar a Silena! -vociferó Clarisse -De otro modo me iría de vuelta a mi cabaña.-

-¿De qué están hablando? -Percy exigió saber.

Pólux se aclaró la garganta

-Clarisse se ha rehusado a hablar con ninguno de nosotros hasta que su...um, asunto, sea arreglado. No ha hablado en tres días.-

-Ha sido maravilloso.- Travis Stoll dijo pensativo

-¿Qué asunto? -pregunté

Clarisse se volvió hacia Quirón.

-Tú estás a cargo, ¿No? ¿Mi cabaña tiene lo que queremos o no?-

Quirón revolvió sus pezuñas.

-Querida, ya te lo expliqué. La cabaña de Apolo tiene el mayor derecho. Además, tenemos asuntos más importantes...-

-Claro, - interrumpió Clarisse -Siempre hay asuntos más importantes que lo que Ares necesita. ¡Solo se supone que nos presentemos y encendamos cuando nos necesiten, y nada de quejas!

-Eso estaría bien- murmuró Connor Stoll.

Clarisse aferró su cuchillo

- Quizás debería preguntar al Sr. D...-

-Cómo ya sabes, -le interrumpió Quirón, su tono ligeramente molesto ahora, -nuestro director, Dioniso, está ocupado con la guerra. Él no puede ser molestado con esto.-

Los Hermanos Jackson y El Último Héroe del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora