Emergimos en Central Park justo al norte de la charca. La señorita O'Leary lucía bastante cansada mientras cojeaba hacia un montón de piedras. Comenzó a olfatear alrededor, y me temí que fuera a marcar su territorio. Pero Nico dijo:
-Está bien. Solo huele el camino a casa.- Fruncí el ceño.
-¿A través de las rocas?-
-El inframundo tiene dos entradas principales.- dijo Nico- Conoces la de L.A.-
-El viaje con Caronte.-dijo Percy
Nico asintió.
-La mayoría de las almas van por ahí, pero hay un camino más pequeño, difícil de encontrar. La puerta de Orfeo.-
-El tipo con el arpa.-dijo de nuevo mi hermano
-El tipo con la lira. -corrigimos Nico y yo.
-Pero sí, él. Utilizó su música para encantar la tierra y abrir un nuevo camino hacia el Inframundo. Cantó todo el trayecto hasta el palacio de Hades y casi salió con el alma de su esposa.-dijo Nico
Recordé la historia. No se suponía que Orfeo mirara hacia atrás mientras guiaba a su esposa de vuelta al mundo, pero por supuesto lo hizo. Fue una de ésas típicas historias de: "Y así ellos murieron/ Fin" que siempre nos hacen sentir cálidos y confusos.
-Así que ésta es la puerta de Orfeo.- Traté de sentirme impresionada, pero seguía pareciendo una pila de rocas para mí. -¿Como se abre?-
-Necesitamos música. -dijo Nico -¿Que tal cantan?-
- Um, no. ¿No puedes solo decirle que se abra? Eres un hijo de Hades y todo-dijo Percy
-No es tan fácil. Necesitamos música.-
Estaba bien segura que si tratabamos de cantar todo lo que causaríamos sería una avalancha.
-Tengo una mejor idea. -Se volvió y llamo -¡Grover!-
Esperamos un largo tiempo. La señorita O'Leary se enroscó y tomó una siesta. Podía oír a los grillos en el bosque y a un búho ululando. El tráfico se escuchaba suave a lo largo de Central Park oeste. Cascos de caballo se escuchaban en un camino cercano, tal vez una patrulla de policía montada. Estaba seguro que les encantaría encontrar a dos niños merodeando por el parque en la madrugada.
-No es bueno.- dijo Nico por fin.
Percy me vio y cerró sus ojos. Estuvo así por unos minutos, Nico me vio y yo solo me encogí de hombros. Mi hermano al abrir sus ojos casi se desploma pero entre Nico y yo lo evitamos.
-¿Qué pasó? - preguntó Nico.
-Lo conseguí. Él...Sí. Viene en camino.-
Un minuto después, el árbol junto a nosotros se sacudió. Grover cayó de entre lasramas, justo de cabeza.
-¡Grover! -gritamos mi hermano y yo.
¡WOOOF! La señorita O'Leary lo miró, probablemente preguntándose si íbamos a jugar atrapadas con el sátiro.
-¡Blah-haa-haa!"- Grover baló
-¿Estás bien, hombre?-pregunto Percy
-Oh, estoy bien.- Se frotó la cabeza. Sus cuernos habían crecido tanto que sobresalían una pulgada por encima de su cabello rizado. -Estaba del otro lado del parque. Las driadas tuvieron la gran idea de pasarme a través de los árboles para llegar aquí. Ellas no entienden la altura muy bien.-Hizo muecas y se puso de pie, bueno, de pezuñas, en realidad.
Desde el verano pasado, Grover había dejado de tratar de disfrazarse como humano. Ya no usaba gorra o pies falsos. Ni siquiera se ponía pantalones, siendo que tenía patas peludas de cabra de la cintura hacia abajo. Su camiseta tenía una imagen del libro: "Donde viven los monstruos". Estaba cubierto con tierra y ramitas de árbol. Su perilla se veía más llena, casi humana (¿O caprina?), y ya era tan alto como Percy.
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Los Hermanos Jackson y El Último Héroe del Olimpo
FanfictionLos mestizos han dedicado mucho tiempo a prepararse para la batalla decisiva contra los titanes, aunque saben que sus posibilidades de obtener la victoria son mínimas. El ejército de Cronos es ahora más formidable que nunca y, con cada dios y cada m...