Annabeth, Percy y yo íbamos de salida cuando vimos a Hermes a un lado del patio de palacio. Estaba mirando un mensaje iris en la bruma de una fuente.
- Te alcanzamos en el elevador.-
-¿Están seguros?- Luego estudió nuestros rostros. -Sí, están seguros.-
Hermes no pareció notar que nos acercamos. Las imágenes del mensaje iris iba tan rápido que difícilmente las pude entender. Noticieros mortales de todo el país aparecían: escenas de la destrucción de Tifón, los restos de nuestra batalla habían quedado por todo Manhattan, el presidente dando una conferencia de prensa, el Alcalde de New York, algunos vehículos del ejército rodando por la Avenida de las Américas.
-Sorprendente- Murmuró Hermes. Se volvió hacia nosotro. -Tres mil años, y nunca se acaba el poder de la Niebla...y la ignorancia mortal.-
-Gracias, supongo.-dije
-Oh, ustedes no. Aunque, supongo que debería considerarlo, declinar la inmortalidad, Percy.-
-Fue la decisión correcta.-
Hermes le miró con curiosidad, luego regresó su atención al mensaje iris.
-Míralos. Ya decidieron que Tifón fue una extraña serie de tormentas. No lo deseo. No se imaginan como es que todas las estatuas de la parte baja de
Manhattan fueron removidas de sus pedestales y hechas pedazos. Siguen mostrando una imagen de Susan B. Anthony estrangulando a Frederick Douglass. Pero me imagino que ya encontrarán una explicación lógica
para eso.-¿Que tan mal está la ciudad?-
Hermes sonrió.-Sorpresivamente, no tan mal. Los mortales están sacudidos, por supuesto. Pero esto es New York. Nunca había visto a un montón de humanos tan resistentes. Imagino que volverán a la normalidad en unas pocas semanas; y por supuesto, yo estaré ayudando.-
-¿Usted?-pregunte
-Soy el mensajero de los dioses. Es mi trabajo monitorear lo que los mortales dicen, y si es necesario, ayudarlos a darse cuenta de lo que pasa. Yo los tranquilizo. Créanme, ellos le achacarán esto a un tremendo terremoto o a una llamarada solar, cualquier cosa, antes que la verdad.-
Él sonaba amargado. George y Martha se enroscaban alrededor de su caduceo, pero estaban en silencio, lo que me hizo pensar que Hermes estaba realmente enojado. Vi a Percy y el a mi.
-Le debemos una disculpa.-dijo Percy
Hermes nos miró cauteloso.
-¿Y eso por que?-
-Pensé que usted era un mal padre. -Admitió -Pensé que abandonaba a Luke porque sabía de su futuro y no hizo nada para detenerlo.-
-Yo sabía su futuro.- dijo Hermes miserablemente.
-Pero usted sabía más que solo las cosas malas - que él se volvería malo. Usted entendió lo que él haría al final. Sabía que tomaría la decisión correcta. Pero no podía decírselo, ¿Verdad?-
Hermes miró a la fuente.
-Nadie puede entrometerse con el destino, niños, ni siquiera un dios. Si le hubiera advertido de lo que venía, o tratado de influenciar sus decisiones, yo hubiera hecho que las cosas estuvieran aún peor. Permanecer en silencio, alejarme de él...fue lo más difícil que he hecho nunca.-
-Debió dejarlo que encontrara su propio camino,- dije -y jugar su parte en la salvación del
Olimpo.Hermes suspiró. -No debí molestarme con Annabeth. Cuando Luke la visitó en San Francisco...bueno, yo sabía que ella tenía un papel que desempeñar en su destino. Vi todo eso. Yo pensé que tal vez ella podría hacer lo que yo no y
salvarlo. Cuando ella se rehusó a irse con él, apenas pude contener mi ira. Debí saberlo mejor. En realidad estaba furioso conmigo mismo.-
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Los Hermanos Jackson y El Último Héroe del Olimpo
FanfictionLos mestizos han dedicado mucho tiempo a prepararse para la batalla decisiva contra los titanes, aunque saben que sus posibilidades de obtener la victoria son mínimas. El ejército de Cronos es ahora más formidable que nunca y, con cada dios y cada m...