Capítulo X

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La señorita O´Leary era la única contenta con la ciudad dormida.
La encontramos hurgando como cerdita en un carrito volteado de hot dogs mientras que el dueño estaba acurrucado en la acera, chupándose el pulgar.

Argos esperaba por nosotros con sus cien ojos bien abiertos. No dijo nada. Nunca lo hacía. Imaginé que era porque se suponía que también tenía un ojo en la lengua. Pero su cara dejaba ver con facilidad que estaba consternado. Le contamos lo que oímos en el Olimpo, y como los dioses no iban a venir a rescatarnos. Argos giró los ojos con disgusto, lo que se veía bastante psicodélico porque hacía que todo su cuerpo girara.

-Sería mejor que regresaras al campamento.- le dijo Percy -Protégelo lo mejor que puedas.- nos señaló y levantó las cejas efusivamente.

-Nos quedamos.- le dije.

Argos asintió, como si esta respuesta le satisficiera. Miró a Annabeth y dibujo un circulo en el aire con su dedo.

-Si- coincidió Annabeth -Creo que es el momento.-

-¿Para qué?- preguntamos mi hermano y yo

Argos rebuscó en la parte trasera de la camioneta. Sacó un escudo de bronce y se lo pasó a Annabeth. Se veía como un objeto ordinario - el mismo tipo de escudo circular que usábamos para "capturar la bandera". Pero cuando Annabeth lo puso en el suelo, el reflejo en la pulida superficie cambió de cielo y edificios a la Estatua de la Libertad - que para nada estaba cerca de nosotros.

-Whoa- dije -un video escudo.

-Una de las ideas de Dédalo.- dijo Annabeth -Le pedí a Beckendorf que hiciera esto antes de...-miró a Silena -Um, como sea, el escudo desvía la luz solar o lunar de cualquier parte del mundo para crear un reflejo. Literalmente puedes ver cualquier sitio bajo el sol o la luna, mientras que la luz natural lo toque. Miren-

Todos nos acercamos mientras Annabeth se concentraba. La imagen se acercó y giró a la vez, así que sentí vértigo solo de verla. Estábamos en el zoológico de
Central Park, después acercándonos a la 60 Este, más allá de Bloomingdale, después doblando en la Tercera Avenida.

-Whoa- dijo Connor Stoll. -Regresa. Haz un acercamiento justo ahí.-

-¿Que?- dijo Annabeth nerviosamente- ¿Ves invasores?-

-No, justo ahí- la tienda de golosinas Dylan´s. Connor miro a su hermano- Hombre, está abierto. Y todos están dormidos. ¿Estás pensando lo que yo estoy pensando?-

-¡Connor! -le regañó Katie Gardner. Sonaba como su madre, Demeter. -Esto es serio. No van a atracar una tienda de dulces en medio de una guerra!-

-Lo siento- murmuro Connor, aunque no se veía muy apenado.

Annabeth pasó su mano frente al escudo, y otra escena se desplegó. Paseo FDR, mirando a través del parque del Faro.

-Esto nos permitirá ver lo que pasa en la ciudad. -dijo -Gracias Argos. Esperamos verte en el campamento de nuevo...algún día.-

Argos gruñó. Le echó una mirada a Percy que claramente significaba "Buena suerte, van a necesitarla" y se subió a la camioneta. Él y las dos arpías conductoras se alejaron, serpenteando por entre las filas de autos detenidos que bloqueaban la calle.

Percy le silbó a la Señorita O´Leary, y ella se acercó trotando.

-Hey, chica- le dijo- ¿Recuerdas a Grover? ¿El sátiro que encontramos en el parque?-

¡WOOOOF!

Esperaba que significara "¡Claro que lo recuerdo!" y no "¿Tienes mas hot dogs?"

-Necesito que lo encuentres- dijo -Asegúrate de que sigue despierto. Vamos a necesitar su ayuda, ¿lo entiendes? ¡Encuentra a Grover!-

Los Hermanos Jackson y El Último Héroe del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora