Prólogo

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Hay muchos tipos de amigos. Pero al final de cuentas son amigos sean como sean, estén locos o no, y todos mis amigos están locos, en serio, no es una exageración; cada uno de ellos tiene una forma diferente de ser un demente, pero a ninguno le molesta que tan alocado pueda ser alguno de los otros, porque entre nosotros no existe alguien "cuerdo", más bien es una característica desconocida.
¿Algo que todos tengamos en común? El alcohol. Nuestro elemento de unión y satisfacción; aún cuando algunos de nosotros no tenemos edad para beber, lo hacemos porque nos gusta, y así nos divertimos. El alcohol incluso es parte de nuestro rito de iniciación.
Somos un pequeño grupo muy diverso en edades, gustos y apariencia; cada uno es diferente a su manera, una diferencia buena, creo. No somos muchos, pero tampoco somos pocos.
Están Miguel Rodriguez, hijo perdido de Picasso, profundamente enamorado de Emma Watson. Nahomy Rosales, la sexy Reina tequila, genia sarcástica. Darwin Arrieche, el más adulto, papá oso, el cómplice. Freysbett Vasquez, no es gorda, sólo es más de ella para amar, LA consejera del corazón. Alexa Miranda, la chica neumáticos, presidenta de la asociación de personas que usan gafas de sol todo el tiempo. Alexander Miranda, hermano menor de Alexa, coqueteador número uno, alias "El gordo", el hermano neumáticos. Ernesto Fernández, nuestro eterno conductor, saltador de una sola cuna, el sin suerte. Maria Torres, el ángel con cuernos, callada pero peligrosa. Zuli Gimenez, la inventora problemática número uno, Srta. Pellizcos. Y al final estoy yo, Emma Castillo, escritora que dice ser un alien, elfo no libre.
Tres de nosotros estamos en secundaria, el resto son universitarios, y uno es profesional ya, no nos vemos con mucha frecuencia, pero siempre hay tiempo en nuestras agendas para estar juntos, llueva o truene siempre hay reunión. Porque somos un grupo, una familia y nos hacemos llamar Comunidad, la Comunidad Ratón, ¿Por qué ese nombre? Digamos que nuestra actitud criticante tiene que ver con ello.
Hacíamos muchas locuras siempre que nos veíamos, y nunca hubo problemas graves; por eso jamás imaginamos que un día nos podríamos meter en serios problemas, problemas que iban más allá de romper una ventana, problemas que tendrían horribles consecuencias.
Todo ocurrió aquella noche, pensábamos que estaba bien, que seria divertido, pero tuvimos que enfrentar las consecuencias de habernos equivocado al respecto. Si tan sólo no lo hubiéramos hecho, si tan sólo alguno se hubiera negado, tal vez las cosas habrían sido diferentes... Pero no, todos cometimos la misma estupidez aquella noche, aquella noche cuando todo comenzó, pero también terminó.

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¿Quieres saber lo que va a pasar? Pues te invito a leer el capítulo siguiente :)

Comunidad Ratón © [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora