CAPÍTULO 13

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Desde que me he levantado no he dejado de pensar en que hoy tengo una charla importante con mis padres. Después de haber recibido ese mensaje, sé que debo contarles la verdad y lo que me pasó en el trabajo.

Admito que es algo que me inquieta y que, de una manera u otra, va a provocar cierta tensión por no haberlo contado antes, pero no me he sentido preparada hasta ahora.

Como hoy no tengo entrenamiento con Matías, he decidido hacer un poco de ejercicio de cardio bailando, para quemar un poco de la ansiedad que me causa todo esto. A ver si se acaba de una vez, solo tengo ganas de pasar tiempo fuera y disfrutar con mis amigas del verano, el sol y la playa.

Me recreo en esos pensamientos mirando por la ventana de mi habitación —que da a la parte trasera y veo a Perla jugar con mi padre—, cuando me llega una notificación al móvil.

Lo miro sin mucho interés, pero el nombre que aparece en la pantalla hace que trague saliva y abro el chat.

DANTE: Bueno, entonces ¿quieres quedar otra vez?

Me da curiosidad su interés y tengo alguna que otra pregunta para él.

YO: ¿Ahora sí te dignas a contestarme? :P

DANTE: Vaya, ¿te has ofendido? :’)

YO: ¿Por qué lo haría?

DANTE: Parece que has estado esperando mi respuesta…

Bufo.

YO: Lo siento, pero estoy ocupada.

DANTE: Venga, Altea. Empecemos de nuevo.

Me lo pienso porque realmente he sido yo la primera que ha «atacado».

YO: Me parece bien.

YO: Sin embargo, lo que te he dicho es cierto, hoy no puedo quedar. Me da en la nariz que, los próximos días hasta el miércoles que nos vamos, no voy a tener mucho tiempo libre.

Y es verdad, no sé cómo reaccionarán mis padres a lo del despido, ni si Tina va a poder venir al final, aparte de todo el tema de los billetes, el hotel, buscar el DNI… Estaré muy ocupada.

DANTE: Si quieres, puedes. Todo es cuestión de intención.

Me quedo mirando este último mensaje. ¿De verdad quiero volver a quedar con él? Que lo primero que me venga a la cabeza no sea un no, me confunde. Pienso durante unos minutos hasta dónde quiero llevar mi «no relación» con Dante.

¿Me gustaría que fuéramos amigos? Tras unos segundos puedo decir que no termina de molestarme esa idea, pero ¿qué clase de amigos? Hay demasiados tipos…

Amigos/conocidos, amigos/amigos, buenos amigos, amiguísimos, mejores amigos, amigos con der…

No no no, las hormonas, que en nada me tiene que bajar la regla y están algo alteradas, pero… Vuelvo a leer el mensaje de Dante más nerviosa que antes.

YO: Si quieres, mañana podría hacerte un hueco.


Madre mía madre mía madre mía.

Creo que no soy consciente de la puerta que estoy abriendo, de la que le estoy abriendo a él. Trago saliva fuerte, estoy inquieta porque hasta ahora no se me había ocurrido llevar esto que sea que hay entre nosotros a ese punto. No obstante, ¿qué hay mejor que disfrutar el verano al máximo? Sobre todo, después de toda la mierda que he tenido que tragar en las últimas semanas. Me merezco disfrutar de cada día.

El verano que fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora