CAPÍTULO 14

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Me estoy secando con la toalla cuando echo un rápido vistazo a la hora. Bien, todavía tengo tiempo suficiente para arreglarme.

Después de haber hecho deporte esta mañana con Matías, siento que voy recuperando la rutina poco a poco. Me acabo de dar un baño relajante con las pocas sales que ya me quedan de las que me trajo Tina, y estoy mentalmente preparada para disfrutar de esta tarde.

Me he estado mensajeando con Dante desde ayer por la noche y he de admitir que ha sido una conversación bastante civilizada, aunque algún que otro sarcasmo se me ha escapado, pero ¿qué puedo hacer? Hay que quererme así.

Me maquillo de manera muy ligera, dejo que el pelo se me seque al aire y voy eligiendo la ropa. Algo cómodo, pero chic, al fin y al cabo, vamos a comer en el club y luego daremos un paseo por la playa.

Elijo unos pantalones cortos de cintura alta, que conjunto con una camisa con estampado de estrellas de mar -que me anudo a la altura del pecho-, con unas Converse bajas de plataforma.

Veinte minutos tardo en vestirme. Cojo el móvil para comprobar que tenga la batería completa y me meto en los chats. Abro el que tengo con mis chicas y mando un selfie. Poco tardan en contestar.

TINITA: Vas a saco.

YO: Voy normal.

KARI: Estás maravillosa *o*

YO: Gracias <3

TINITA: ¿Tienes pensado comértelo?

KARI: TINA

YO: TINA

TINITA: ¿¡Qué!? No he dicho nada que no pensemos todas...

Me tomo un segundo para pensar en sus palabras, pero llego a la conclusión de que no lo sé. No voy a dar nada por seguro. Solo quiero dejarme fluir con él y si algo tiene que suceder, lo hará.

YO: No está premeditado, pero si se da no lo voy a desaprovechar ;)


TINITA: ¡Esa es mi chica!

KARI: Pues suerte, corazón <3

Agarro una riñonera tipo cartera, me aseguro de llevar dinero en efectivo y las tarjetas. Por último, meto un cacao y el inhalador.

Bajo las escaleras y busco a mis padres para despedirme, se piensan que voy a salir con las chicas y no les saco de su error. No he mentido, que conste, solo he evadido decir la verdad.

Bajo por la urbanización hasta llegar al club. Espero encontrarme con el coche con el que vino a recogerme la otra vez, sin embargo, pasan los minutos y no aparece ninguno.

Saco el móvil para mandarle un par de mensajes.

Pero no llego a enviarlos. Una tos detrás de mí hace que gire sobre los talones.

Ahí está.

Embutido en unos pantalones grises de pinza y con una camisa blanca, mirándome con la cabeza inclinada hacia un lado y con una sonrisilla arrogate. Ah, y una bolsa.

El verano que fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora