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Pasó un par de días de ello, asiqué fui al hospital, hablé con el medico a mi cargo, pidió que dejara de venir, hasta nuevo aviso y acepté, también visité a Baji, que estaba de salida, se veía lúcido, estaba bien, me alejé un poco dándoles privacidad, no pasó mucho, claro que mientras los esperé compre una bolsita de dorayakis, los favoritos de Mikey, asiqué los comí, parecía que arreglaban las cosas, pero una notificación llamó mi atención.

"¿Podemos hablar, Aiko-san?

Era Kisaki, le respondí afirmando aquello, dándole una fecha y hora, pero, una llamada llamó mi atención, no lo tenía registrado.

¿Sí? Habla Aiko.

Hola, Aiko – me paralicé de inmediato soltando los dorayakis.

Izana...

Ha pasado un tiempo, quería saber, ¿cómo has estado?

Bien, con el tiempo apretado.

Asiqué sigues en el hospital, ya veo, quisiera que nos veamos, te mandaré donde y cuando por mensaje, pequeña Aiko.

De acuerdo...

Eso era todo, por cierto, espero que no me hayas cambiado, pequeña Aiko.

No...

Bien, adiós.

Malas noticias, no deseaba verlo, no ahora que mi corazón lo había olvidado, me dejé estar ahí en la misma posición, pensando en lo que pasaría si iba, hasta que sentí una mano en mi cabeza haciéndome reaccionar.

— Aiko, ¿estas bien?

— Oh, si, sólo una llamada que me dejó inquieta, nada grave – le sonreí un poco y miré a Baji – te vez bien, igual de guapo que siempre.

— No molestes – reí un poco – quería hablar contigo.

— ¿Sobre qué?

— Quería agradecerte, un amigo me contó a detalle todo lo que sucedió, te agradezco por salvar mi vida.

— No hace falta que agradezcas, era mi trabajo, pero, puedes pagármelo con un yakisoba – la verdad, me moría de hambre.

— Hecho, será otro día entonces – y se fue mi plan – nos vemos, Mikey.

— Si – tomó mi mano llevándome con él – iremos a comer.

— Un menú infantil, ¿verdad? – asintió y reí – vamos.

Decir que me encontraba relajada no era la verdad, pedí el número de Baji a Emma, me lo dio enseguida, asiqué lo cité.

— ¿Querías verme? – apenas llegó y asentí.

— Iré a reunirme con Kisaki, quiero que te quedes cerca, por favor.

— ¿No era tu amigo?

— Fui su enemiga al interponerme en sus planes – masajee mi cuello mirando mi celular, luego de esto debía ver a Izana – y tengo otro problema que atender, si no regreso en un par de días o no saben nada de mí en ese tiempo, contacten a los Haitani, y búsquenme.

— ¿En qué te metiste ahora?

— No hice nada, mi líder quiere verme, no es algo que me guste hacerlo, no desde que salió de aquí – señalé mi pecho haciendo que me entienda – por cierto, como pasaste inconsciente tu cumpleaños, Mikey tiene algo para ti.

Reina de Tokio - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora