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Aiko

Había tenido, un largo sueño, en todos ellos, muchas cosas pasaban, vi a mamá, a papá, a los chicos, a todos..., pero, sentí mis parpados pesar, asiqué, los cerré, sintiendo algo suave bajo de mí, encontrándome con dos chicas hablar animadamente, arreglando unas flores, una de ellas me miró, haciendo que pronto me trajeran al médico.

— Has despertado, ¿cómo te sientes?

— Tengo sueño, y me duele la espalda.

— Fue por el golpe, te haremos una revisión, y con eso, veremos que hacer – asentí, y salió, pronto, todos entraron, miré a cada uno de ellos, todavía seguían con algunos parches – se ven raros.

— Aiko – miré a Ran.

— ¿Qué sucedió? – Ran miró a los demás y Mikey asintió.

— Pasaron algunas cosas, muchas de hecho, pero ahora podemos decirte, que Izana no volverá a golpearte, también ya no perteneces a Tenjiku.

— ¿Qué? – miré esperando más explicaciones, asiqué Takemichi se acercó contándome todo, incluso las ultimas palabras de Kisaki – ya veo, asique murieron.

— Aiko, es hora – miré al médico por la puerta y asentí, me llevaron, me hicieron varios exámenes, pero estaba bien, de maravilla – eres un chica fuerte, piensa más en ti, pero, eres una héroe, salvaste a muchos.

— Gracias.

— Cuando acabes tus clases, ven a verme, tu universidad te espera, ¿ya pensaste en la rama que te especializarás?

— Si, quiero ser cirujana general, quiero ayudar.

— Eso suena a mucha tensión.

Pronto volví a mi habitación, saldría al día siguiente, asiqué Hina junto a Emma fueron por alguna de mis ropas, dejándome a solas con Manjiro. ¿Qué haría ahora?

— Manjiro..., lamento no haberte contado todo – sonreí un poco, el solo se acercó hacia mí, dándome una reverencia.

— Aiko, lo siento, Baji me regañó, cada una de sus palabras tenían razón, no hice nada cuando apareciste golpeada, no hice nada por saber si estabas bien, no hice nada para protegerte – me levanté de mi cama acercándome, haciendo que se levante – lamento ser una mal novio.

— Manjiro, con verte me ayudabas mucho, demasiado, con verte podía tener de nuevo esa paz, no te preocupes, sé que también en parte es mi culpa por no habértelo dicho, pero Mikey, ahora estoy aquí, ya no habrá nadie que venga a separarnos.

— Tienes razón – reí un poco abrazándolo, extrañaba esto – disolví Toman, asiqué, mañana te dan de alta, quiero que vengas conmigo al templo, nos reuniremos y dejaremos una caja del tiempo.

— ¿Caja del tiempo? ¿no será capsula del tiempo?

— Es lo mismo – reí un poco y asentí – vendré por ti, ¿de acuerdo?

— De acuerdo, me alegro ya no pertenecer a una pandilla, se siente bien, también, se siente bien que mi novio ya no esté en una, tendremos una vida algo aburrida, pero, creo que ya has vivido muchas emociones.

— ¿Tú crees?

— Imagínate, creas otra pandilla, o nos unimos a otra, ¿qué pasa si a causa de eso alguien de nuestros amigos muere? No lo soportaría, me esmeré en protegerlos a todos, no quiero que nadie muera, ni salga lastimado.

— Puede ser, de acuerdo, los protegeremos a nuestro modo – asentí.

Mikey, ¿qué piensas hacer? Me preocupaba de sobremanera lo que piense hacer, de verdad, no quería que otra pandilla venga hacia nosotros, pero es casi imposible, asiqué nos enfrentaremos a muchas, lo malo es que, entre tantos, no es tan fácil.

Reina de Tokio - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora