|1|👑| Érase una vez...

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Para Park Jimin, pocas cosas son peores que ser un chico gay en una sociedad conservadora. Definitivamente no es fácil tener que reprimirte todo el tiempo, sobre todo cuando te gusta alguien. Cuando te gusta de verdad.

Sin embargo, en su caso, un poco peor que eso es ser un chico gay en una sociedad conservadora y, contradictoriamente, tener una hermana menor adicta a las novelas... ¡Gays!

"Oh, pero ¿Eso no debería hacer la vida de Park Jimin más fácil?" El chico a veces también pensaba exactamente así, porque, después de todo, terminó teniendo algunos privilegios, como el apoyo y la aceptación de un familiar cercano. Sin embargo, ser el hermano mayor de una chica loca y fujoshi como Park Yeseo le alteraba los nervios todo el tiempo, 24/7, desde el día en que se enteró de la homosexualidad de su amado hermano.

A partir de ese momento, Yeseo comenzó a formular una tabla de chicos que serían perfectos para Park Jimin, trazando metas de cómo unir a su hermano con el vecino, o con el cantante del bar de la esquina. Cualquier hombre que se viera mínimamente gay cerca de Jimin, Yeseo iría allí y shippearía a los dos, crearía fanfics, los dibujabría besándose y etc. Era realmente problemático.

"No debí haberle contado" Pensaba Park Jimin todo el tiempo, sintiendo el sabor del arrepentimiento.

Aunque, en medio de esta locura orquestada por su hermana menor, Jimin había conocido a algunos chicos geniales, tales envolvimientos siempre terminaban rápidamente, porque Yeseo simplemente no dejaba de inmiscuirse en las citas y paseos que tenían lugar entre estos chicos y su hermano mayor. La niña era demasiado curiosa y, digamos, demasiado soñadora, porque siempre trataba de hacer realidad las parejas homosexuales que encontraba en las novelas que leía e imponer esas narraciones a la vida amorosa de Park Jimin.

—Entiende, por milésima vez, que ninguno de esos chicos cruzarán esa puerta y gritarán que están enamorados de mí, porque, primero: no me dejas salir en paz; Segundo: la vida real no es ese cuento de hadas que te imaginas; Y tercero: nadie con conciencia hace eso, Yeseo-ah —dijo el joven Park, alborotando el cabello de su hermana menor, que estaba sentada a su lado en el sofá.

Los dos estaban discutiendo otra más de las casi relaciones de Park Jimin que se estaba desmoronando.

—Si está enamorado no le importará su conciencia, hermano... Sé que el surfista con el que saliste por última vez no le eras indiferente. ¡Él volverá, sé que lo hará! —dijo la pequeña Yeseo dando brinquitos, haciendo que las almohadas del sofá se agitaran.

Jimin entonces pasó su mano por su rostro y rodó los ojos. Sólo quería que esa chica dejara esas fantasías de relaciones gay de una vez por todas y lo dejara en paz, leyendo su comic favorito de morbius, un super villano vampírico poco conocido en comparación con otros villanos. No es que fuera malo, Park Jimin amaba las cosas nerds exclusivas y raras.

Sin embargo, Park Yeseo tenía 12 años de mucha obstinencia. Alejó el cómic de las manos de Jimin y se lanzó sobre él, lloriqueando.

Jimín entonces suspiró profundamente y continuó leyendo, pero algunos de sus pensamientos continuaron en esa discusión.

—Mira, Yeseo... Tienes que ser un poco más realista, porque pronto serás una adulta. Para gente como yo, las cosas no son como esas series bl tailandesas que ves. Ósea, no voy a encontrar el amor de mi vida sólo con ver a alguien. Es difícil ser cercano a otro tipo, porque no sé si él también va a estar interesado en mí o si va a ser un idiota homofóbico conmigo, ¿Sabes? —dijo el chico con calma frente a la imagen del vampiro morbius dibujada en la portada del cómic.

—Lo sé... —Yeseo murmuró, triste. —Perdón... Y lo siento por ser tan intrusiva, es tan difícil ver una pareja de chicos aquí donde vivimos... Y creo que sería tan lindo...

Omega De Plata (Kookmin) [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora