Antes de los acontecimientos más dramáticos de la noche de luna de Su Majestad, mientras la Oda Alfa seguía vibrando con los instrumentos musicales de la orquesta de palacio, Kim Namjoon se situó entre los invitados al evento para observar las actuaciones coreográficas de las parejas.
Con una mano sosteniendo un vaso de vino blanco y la otra acariciando el suave cabello de la pequeña Kim Jina, el general de Adaman contempló toda la escena con una mirada serena y nostálgica, y mantuvo una pequeña sonrisa en los labios. En su mente, recordó los momentos en los que bailó bajo el sonido de aquella balada junto a la madre de Jina. Por lo tanto, cada movimiento de manos y pies parecía arraigado en sus recuerdos.
Inconscientemente, su cuerpo se balanceaba a ese ritmo.
—Papá, ¿quieres bailar? —preguntó Jina, con sus grandes ojos marrones abiertos hacia él.
Un ligero rubor apareció en las mejillas del general. Resopló para recuperar su pose altiva y tomó un sorbo de su vino antes de hablar.
—Sólo estoy disfrutando de la música, cariño. —explicó Kim.
Jina asintió con la cabeza, comprendiendo, y giró la cara para observar a una pareja que bailaba justo delante de ellos. Su mente inocente y curiosa pensó rápidamente en algo.
—¿También bailaste así con mamá? —quiso saber, emocionada por la idea. Ver a los alfas con sus omegas en medio del salón de baile, tan felices e irradiando pasión, era como ver la personificación de las historias infantiles que sus niñeras le leen a la niña justo antes de acostarse.
Kim Jina deseaba que su querido padre también hubiera experimentado algo tan maravilloso. Le molestaba verlo constantemente distante y silencioso, a veces cabizbajo en su soledad.
Kim Namjoon logró sonreír ante la pregunta de su hija al comprender lo que pasaba por su cabeza.
—Sí, a veces. —respondió con un tono de voz suave.
A Jina le encantó esa información. —¿Y te gustaría volver a bailar?
El general no se lo pensó mucho antes de contestarle.
—Sí... —su mente estaba en otro plano.
Con la afirmación, la niña se animó y giró la cara para buscar una figura en medio de la multitud. Tras unos minutos escudriñando la sala con la mirada, dejó escapar un grito y se acercó a la persona que llevaba un largo vestido negro y que mantenía su pelo rojo peinado hacia atrás de forma elegante y atractiva.
Era Lu Keran, y arqueó las cejas hacia arriba al ver a la niña acercarse.
—Tío Lu, ven conmigo. —dijo Jina mientras le agarraba la muñeca.
—¿Qué pasa, pequeña Jina? —preguntó Keran mientras era arrastrado por la chica, pero ésta no dijo nada, sólo selló sus labios con una sonrisa traviesa mientras se abría paso entre la multitud de gente.
En cuanto volvió al lado de su padre, Kim Jina abrió la boca con una enorme sonrisa y le tomó la mano, llamando su atención
—Papá, baila con el tío Lu. —dijo imperativamente, sin importarle que estuviera creando una situación incómoda para ambos.
Lu Keran, al darse cuenta de las intenciones de la pequeña, parpadeó varias veces, levantando los ojos para mirar al general Kim y volviéndolos a bajar, lleno de vergüenza. Su rostro logró ponerse tan rojo como las hebras de su cabello.
Al otro lado, Kim Namjoon se quedó estático, con el semblante tenso, comprimiendo sus finos labios y frunciendo ligeramente el ceño mientras se enfrentaba al joven discípulo del alquimista real.
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Omega De Plata (Kookmin) [Omegaverse]
FanfictionTRADUCCIÓN AUTORIZADA POR LA AUTORA ORIGINAL @K_M_R_Leda •Como un verdadero nerd, fan de los cómics y videojuegos, Park Jimin no sabe qué hacer con su hermana fujoshi. La chica, fascinada por las novelas gay, sueña con unirlo a él con algún chico ta...