Un enorme montón de piedras congeladas, pálidas por la nieve y rodeadas de kilómetros y kilómetros de arbustos espinosos. Así era la nueva imagen del castillo real de la capital del reino de Adaman.
Verlo ahora era como contemplar el mausoleo de un lugar que antes había sido tan colorido como un jardín y tan cálido como la primavera. Fue repasar todos los acontecimientos del año pasado y, con buenas dosis de miseria, darse cuenta de que los buenos tiempos no iban a volver.
Jung Hoseok dejó escapar una bocanada de aire mientras pensaba en esto, sentado en un banco de mármol en el patio principal del castillo y mirando en dirección a las torres. Aunque la capa de nieve que colgaba en la atmósfera por encima de él era ligera, aquel lugar estaba helado; pero el alquimista siguió allí, acurrucado en gruesas capas de abrigo, observando y pensando en muchas cosas.
Un grupo de soldados pasó cerca de él, rompiendo el fúnebre silencio que reinaba en aquel espacio vacío y sin vida. No era más que una patrulla ordinaria haciendo su ronda, pero aun así, a Hoseok se le pusieron los pelos de punta cuando olió el aroma a brujería que provenía de ellos.
Ahora todos los guardias y miembros del ejército real llevaban ese olor, una marca de la hipnosis generada por el actual consejero del rey: Seokjin, un hechicero zorro de origen y pasado desconocidos. Decidió lanzar sus extraños poderes sobre los súbditos del trono justo después del final del duelo real, porque al enterarse de la muerte de Jeon Jungkook, algunas tropas extremadamente leales al antiguo rey comenzaron a moverse para iniciar una revuelta.
La sangre Jeon que fue entregada a los ciudadanos del reino como un plan de Jungkook protegió a los rebeldes durante las primeras semanas, y el incipiente reinado casi entró en caos durante un período. Pero entonces la magia dorada logró enhebrarse en sus almas en un momento dado, y todo ímpetu quedó sellado en algún lugar profundo y opresivo.
Así que la calma actual no era más que un silenciamiento masivo. Y los que no fueron silenciados temían serlo, por lo que no abrieron la boca para cuestionar.
Sin embargo, entre los lugares más aprisionados por el miedo de los que se tiene constancia estaba la mente de Jung Hoseok. Y quizás también su corazón. Pero este miedo tenía raíces y direcciones diferentes a las de los otros.
—Señor Jung. —alguien le llamó desde una corta distancia. Se trataba de uno de los representantes de los clanes que ocupaban la actual Mesa de Plata, un hombre beta vestido en tonos negros y dorados de alguna rama del reino oriental.
Hoseok ya había sentido que se acercaba, pero su cuerpo no quería moverse para saludar a nadie.
—Hm, señor Jung...
—Estoy escuchando bien, Patriarca... ehm... —"¿Cómo se llamaba?". Hoseok no podía recordar los rostros invisibles que ocupaban la nueva corte suprema del castillo, ya que se habían producido tantos cambios desde la ascensión de Min Yoongi al trono...
Ignorando la actitud indiferente y aparentemente grosera del alquimista, el hombre continuó
rápidamente:—Señor Jung, los representantes solicitamos su presencia en una reunión. De hecho, le pedimos urgentemente que se reúna con nosotros.
—Pensé que la Mesa de Plata no se utilizaría hoy. El rey no me informó de esto.
—El rey... no lo sabe. No iremos a la Mesa de Plata. —aunque frío, se podía ver una gota de sudor recorriendo el costado de la cara de aquel hombre. Estaba temblando y tenía profundas ojeras. Su preocupación y nerviosismo eran evidentes.
El alquimista frunció el ceño y dijo:
—De acuerdo. Entonces, ¿a dónde vamos a ir?
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Omega De Plata (Kookmin) [Omegaverse]
FanfictionTRADUCCIÓN AUTORIZADA POR LA AUTORA ORIGINAL @K_M_R_Leda •Como un verdadero nerd, fan de los cómics y videojuegos, Park Jimin no sabe qué hacer con su hermana fujoshi. La chica, fascinada por las novelas gay, sueña con unirlo a él con algún chico ta...