Park Jimin se quedó mirando, por novena o décima vez, su propia imagen reflejada en el espejo de una tienda cercana, en un intento de arreglarse el cuello de la camiseta de rayas que había elegido para ese día.
"Debí haberme puesto un traje que no me colgara tanto", pensó, angustiado y nervioso, y echó de menos la época en que sus prendas se confeccionaban específicamente a su medida, todas bastante holgadas en los extremos y especialmente alrededor del cuello, de modo que cierto collar quedara a la vista todo el tiempo, balanceándose con los movimientos de su cuerpo.
Jimin renunció a aflojarse el cuello y respiró hondo, echando un último vistazo a su reflejo, sólo para asegurarse de que el resto resultaba atractivo de algún modo.
"Relájate, Jimin, él y yo hemos salido juntos antes..."
Murmuró para sí en un breve momento de relajación, que pronto fue sustituido por la ansiedad del siguiente pensamiento:"Pero es la primera vez que salimos solos. Las otras veces, teníamos la compañía de conocidos", se le aceleró el corazón.
—Ah, vamos... Es sólo una cita. —infló el pecho, se puso las manos en la cintura, sacudió la cabeza y forzó una sonrisa despreocupada. —Técnicamente, tengo unos cien años. He pasado de todo, así que un paseíto por un centro comercial no es nada, haha.
—¿Park? —la voz de Jeon Jungkook sonó detrás de él, sobresaltándolo.
Del susto, Jimin jadeó de repente, lo que lo hizo ahogarse y empezar a toser como un viejo agripado.
—Vaya, ¿estás bien? —Jungkook se acercó rápidamente. Como no paraba de toser y la cara de Jimin se estaba poniendo roja, se apresuró a intentar ayudarle. —Park, voy por una botella de agua. ¡Vuelvo en un minuto!
Y se alejó en dirección a la tienda de alimentos más cercana.
Jimin se apoyó contra la pared e intentó respirar profundamente durante unos minutos para controlar su asfixia. Se pasó la mano por la cara, caliente por la vergüenza y la desesperación, antes de levantarla de nuevo y vislumbrar el regreso de Jeon Jungkook.
El otro chico llevaba unos pantalones oscuros y una sencilla camisa de botones que le daban un aspecto arreglado pero lo bastante informal para una cita en el centro comercial. Llevaba el pelo negro peinado hacia atrás, dejando unos mechones que caían en cascada por las mejillas de su apuesto rostro. En la mano tenía una botella de refresco.
—Se suponía que sería agua, pero este refresco fue lo primero que encontré en la tienda. —dijo, entregándole la bebida a Jimin, que la aceptó con una sonrisa avergonzada.
Mientras el chico se llevaba el contenido de la bebida a la garganta, Jungkook añadió torpemente:
—Tenía la impresión de que si tardaba demasiado buscando agua, saldrías corriendo y desaparecerías.
Y de nuevo Jimin se atragantó, expulsando la soda, porque Jungkook tenía toda la razón.
—¡Ahh, qué lío! ¡Ich! —sollozó. Si antes estaba rojo de vergüenza, ahora era la personificación del color rojo.
— Park Jimin, ¿te sientes bien? —Jungkook no sabía si podía reír, así que trató de reprimir su impulso de esbozar una sonrisa.
—Si... ¡Aish! Lo siento. Qué pena... ¡Aish! —bebió los últimos sorbos de su refresco para intentar controlar el hipo que había sustituido a su tos.
Cuando terminó, tiró la lata a la papelera más cercana y se volvió hacia el otro chico. Los ojos de Jungkook lo miraban, medio divertidos, medio analíticos. Había en ellos un brillo de curiosidad ligeramente enigmático que había existido allí, inalterado, desde la primera vez que se habían visto en ese mismo centro comercial de Seúl unas semanas antes.
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Omega De Plata (Kookmin) [Omegaverse]
FanfictionTRADUCCIÓN AUTORIZADA POR LA AUTORA ORIGINAL @K_M_R_Leda •Como un verdadero nerd, fan de los cómics y videojuegos, Park Jimin no sabe qué hacer con su hermana fujoshi. La chica, fascinada por las novelas gay, sueña con unirlo a él con algún chico ta...