Los restos del caos marcaban cada rincón del castillo. Se podía ver en las miradas atónitas de los soldados sobre los cuerpos caídos en los pasillos, en la sangre salpicada en las altas paredes brillantes y en las raíces de marfil del Árbol Sagrado que habían brotado del suelo por el poder del Omega de Plata.
Si antes el palacio se veía inmerso en un limbo de hipnosis, con el tintineo de las hojas de las espadas y los rugidos de los lobos sonando como un trueno ensordecedor, ahora sólo se oían los gritos de los que habían matado a sus propios amigos, hermanos y amantes.
Gritos de lamento e incredulidad, el único ruido que atraparía momentáneamente el silencio de la muerte.
Sin embargo, en ese instante, Jeon Jungkook estaba más callado que la muerte. Con Park Jimin en sus brazos, llevándolo rápidamente a los aposentos reales su corazón palpitaba con una frialdad calculada, su respiración atrapada casi no se notaba, y su piel palidecía más con cada segundo. Callado e inmerso en una quietud llena de tensión, lo único que pasaba por su mente era el fuerte olor a sangre del omega y cómo eso podía significar todo lo malo.
En cuanto lo acostó en la cómoda cama, se obligó a dejar espacio para que los sanadores hicieran su trabajo.
Jimin fue desnudado para facilitar el examen de su cuerpo, y se le dio una manta sólo para ocultar la mayor parte de su desnudez. Mientras los sanadores se dividían entre el análisis de los latidos del bebé y del omega, y el estudio de la sangre que había rezumado a través de los muslos de este último, la mandíbula del Rey de Adaman se crispó con la sensación de nerviosismo que brotó dentro de su pecho.
No podía mantenerse alejado de Jimin durante mucho tiempo, así que se arrodilló en el suelo junto a la cama y utilizó ambas manos para agarrar la izquierda del otro chico. Acercó su frente hasta apoyarla en su muñeca y respiró profundamente para absorber su aroma.
Tal vez el dulce aroma de Jimin lo calme al menos un poco.
Después de unos minutos, uno de los sanadores finalmente concluyó algo sobre la situación del omega.
—Su Majestad, —llamó, atrayendo inmediatamente la atención de Jungkook. —creemos que Su Magnificencia se ha esforzado más de lo que podría en su estado actual. Su cuerpo está peligrosamente débil.
El cuerpo del rey tembló.
—La sangre... —dijo, en una pregunta implícita llena de urgencia.
—Fue una reacción a la debilidad. Llevar a un niño requiere cuidado y fuerza... —el sanador miró a sus compañeros antes de continuar con su explicación. —Si Su Magnificencia estuviera aún en el inicio del embarazo, probablemente habría perdido al niño. Y aún corre el riesgo de perderlo, por lo que debe descansar mucho hasta el parto.
Jungkook exhaló un suspiro de alivio que podría haber sido más largo si no hubiera habido todavía riesgos que se cernían sobre Park Jimin.
Con los nervios tan adormecidos por las oleadas de angustia, tardó unos segundos en notar que los dedos del omega se enroscaban en los suyos. Al levantar los ojos, vio que Jimin se había despertado y le miraba con semblante somnoliento.
—Maldita sea... no podré correr con Binbin. —dijo el chico en un susurro bajo y pesado. Parecía que había escuchado las palabras del sanador.
Incluso en ese estado, Jimin todavía no actuaba con seriedad. Eso provocó una pequeña sonrisa en los labios de Jungkook.
—Correré en tu lugar. Por tanto, descansa... —le besó la frente cariñosamente.
—Sí, señor. —dijo Jimin girando la cabeza hacia un lado para acurrucarse en la almohada y cerrar los ojos para echarse una siesta.
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Omega De Plata (Kookmin) [Omegaverse]
FanficTRADUCCIÓN AUTORIZADA POR LA AUTORA ORIGINAL @K_M_R_Leda •Como un verdadero nerd, fan de los cómics y videojuegos, Park Jimin no sabe qué hacer con su hermana fujoshi. La chica, fascinada por las novelas gay, sueña con unirlo a él con algún chico ta...