Capitulo 25

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Estaba sin palabras ante esa historia que me había contado ¿como podía una persona tan bonita sufrir tanto? Me alegraba mucho haber llegado a su vida porque jamas voy a permitir que nada ni nadie le vuelva a dirigir una mala palabra ni le vuelva a manipular como han hecho.

—Luis -dije agarrándole la mano Nadie va a volver a ponerte la mano encima te lo prometo , te juro por mi vida que voy a estar a tu lado siempre pase lo que pase , porque te quiero,no te amo Luis , te amo con todo mi corazón ya sea como hermanos o algo más pero te amo Luis Cepeda -le dije acariciandole el pecho

Luis se había puesto muy nervioso y muy triste con aquella historia pero le empecé a hacer caricias y se calmó.

—eres de las pocas personas que saben esta historia, nunca jamás se lo conté a mis padres , solo lo sabéis tú y Garcés, no me gusta hablar de esto puesto que me pone de mala hostia y pienso en el que nunca nada de esto a ocurrido para mi familia nunca he tenido novia , es más serás la primera chica en pisar mi casa -dijo acariciándome la mejilla

—eso me hace mucha ilusión-dije con un brillo en los ojos aparte de Adrián eres el único chico que ha estado en mi casa, y bueno es la primera vez que duermo con alguien al lado mío que mo sean mis padres
—yo no puedo decir lo mismo pequeña, ojalá -me acaricia el pelo
—Luis no pasa nada, como dice una canción pasado pisado no le des más vueltas porfi
—está bien, te haré caso -me dio un beso en la cabeza y me tumbo en la cama vamos a dormir que ya es la una de la madrugada y a las siete estás en pie
—si tengo que trasnochar por ti no me importa eh
—venga traviesa -el me lanzó el sujetador y se rio
—¿y porque no me lo pones tú? Listo
—¿quieres que te ponga el sujetador?
—en verdad duermo sin el ¿no te has dado cuenta?
—no te estoy mirando todo el día ahí , no me doy cuenta
—no seas mentiroso Luis que lo sabes perfectamente-me reí al ver como su cara se sonrojaba porque sabía que tenia razón
—¿te parece si hacemos un trato?
—sorpréndeme
—yo te pongo el pijama y yo te pongo el tuyo y ya estamos en paz
—pero que traviesa eres tú ¿no?
—no sabes tú bien -me reí cogiendo sus bóxer Va, ¿aceptas?
—venga anda, pero a dormir ya , que no quiero que tus padres me regañen por no haberte controlado
—a sus órdenes capitán

Nos pusimos el pijama a ambos y nos pusimos rojisimos el uno al otro , teníamos ganas de hacer otra guerra de la que ganáramos los dos pero era muy tarde era cierto, me acosté y Luis se tumbo a mi lado y se puso serio
—Aitana, tus padres ya lo saben pero será mi última noche aquí , mañana tengo que dormir en el hotel puesto que  tengo que dejarlo pronto
—¿entonces va a ser la última noche juntos?
—no tiene porque , puedes venir conmigo mañana al hotel a dormir conmigo, si tus padres te dejan claro
—mañana en el desayuno se lo pregunto , quiero pasar el mayor tiempo contigo solo me quedan dos días de disfrutarte hasta que  te pierda

Me puse algo triste pero no podía evitarlo , a él también se le veía muy triste diciéndolo pero yo no podía evitar estar triste sabiendo que solo estaría dos días más con el

—Aitana no estes triste porfavor -dijo abrazándome muy fuerte
—perdón de verdad, pero no puedo evitarlo
—te prometo que voy a volver en cuanto pueda , a mi también me jode tener que irme de tu lado , me jode vivir a mil kilómetros de la persona de la que estoy enamorado
—¿los has contado? -pregunte curiosa
—si, los he contado cuántos hay si
—te quiero
—y yo, vamos a dormir que ya es tarde
—estaría bien  
—buenas noches Cepeda
—buenas noches aitana.

La alarma por toda la habitación, no había dormido prácticamente nada porque me desperté otra vez con una pesadilla de las que últimamente me atormentaban, Luis me dejaba de hablar y se olvidaba de mi, lo pasaba muy mal con esas pesadillas pero menos mal que el estaba a mi lado siempre y estuvo un rato haciéndome caricias y dándome todo el cariño del mundo y estuvimos un rato así hasta que volví a dormirme en sus brazos pero la verdad es que la noche de ayer mereció la pena aún que me diese miedo. Me levante y le deje en la cama durmiendo un rato hasta que me fuese porque me daba pena que por mi culpa no hubiese dormido lo suficiente, y le sumas a lo bonito que es cuando duerme pues mas razón para dejarle dormido. Me vestí con un jersey rojo carmesí y un pantalón negro, me puse las gafas y me dirigí a la cocina en la que mis padres estaban preparando el desayuno.

Una canción y una rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora