CAPÍTULO 11 - ¿Cuanta pasta?

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POV T/n

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A veces hacemos cosas que ni siquiera queremos realmente, pero lo hacemos.

Pueden ser muchos motivos por los cuales lo hacemos, hacerlo por alguien, por desobediencia, como quando se te ocurre limpiar la casa y cuando estas a punto de hacerlo tu padre te dice que deberías fregar los platos, en ese preciso instante se te quitan todas las ganas y lo único que quieres es desobedecer, o como cuando la mayoría de tus conocidos te dicen que deberías dejar de drogarte y volver a ser como eras antes, pero tu vas y te drogas hasta caer en la inconsciencia.

También puede que todo tu cuerpo te pida que pares, te avisa de que eso no te conviene y te supliqué que dejes de matarlo, que le gustaría vivir por lo menos hasta los 20, y tu, obviamente le das un puñetazo bien fuerte. Para que se calle un rato.

Bien, y la pregunta que realmente importa es...¿por qué?

Pues porque en esos instantes de duda que hay en sí realmente deberías o no hacerlo—porque siempre existen esos momentos— la parte inmadura e impulsiva de tu cerebro se sobre calienta enviándole señales auto destructivas a todo tu cuerpo, y siento decírtelo pero solo las personas capaces de hacer que la parte responsable y madura tome el control lograra salvarse.

Por mi parte digamos que soy masoquista desde muy pequeña, cuando yo misma iba y buscaba pelea por entretenimiento, satisfacción. En serio no me preguntes a qué se deve, lo he intentado responder y nunca lo consigo.

Me dirás, "mejor ve al sicologo" pues págamelo listilla.

Además ya fui, pensé que la señora esa con gafas cuadradas azules, dos coletas agarradas con gomas con unas enormes flores de color rosa y unos pendientes en forma de corazón del tamaño de africà, me ayudaría a resolver las incógnitas que tenía, todos los agujeros en mi cabeza, como un gran panal de abejas esperando ser rellenado con miel.

Pero la psicóloga solo consiguió hacer los agujeros más grandes haciendo preguntas que ni yo misma me había hecho y a las cuales obviamente no tenía respuesta.

Así me pase casi un año entero, en un sitio donde se supone me estaba desintoxicando pero en realidad cada noche acababa con un porro en la boca después del postcoito con alguien.

El ancla de un cuerpo hundido (JJ Maybank)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora