Capítulo 34

706 48 4
                                    

Cinco:— Sin embargo, hay dos problemas importantes con este plan.—mencionó para luego darse la vuelta y rascar su nuca— Problema número uno; somos asesinos expertos, probablemente los asesinos más peligrosos en el continuo espacio tiempo,—me incluyó y yo asentí por la intrigada mirada de Luther— me conozco y no voy a reaccionar bien a un encuentro conmigo mismo. Problema número dos, y esta es la verdadera mosca en la sopa...—

_____:— Nadie debe existir en la cercanía de sí mismo en una línea del tiempo,—completé— las consecuencias pueden ser desastrosas.—dije moviendo constantemente mis manos, los nervios aumentaban a cada segundo.

Cinco me dió la razón con un asentamiento y se acercó a nosotros nuevamente.

Luther:— ¿Consecuencias? ¿Qué clase de consecuencias?—

Cinco:— Bueno, de acuerdo con el manual de la comisión, capitulo 27, apartado 3B,—nombró cada detalle del artículo de importancia mientras se movía de un lado a otro— las siete fases de psicosis paradojal son: fase uno- negación.—se quedó de pie frente al barandal de las escaleras y levantó uno de sus dedos al decir la primera fase.

_____:— Dos: comezón.—continué.

Cinco:— Tres: sed y micción extremas.—

_____:— Cuatro: exceso de gases.—Cinco levantó tres dedos más.

Cinco:— Cinco: paranoia aguda.—

_____:— Seis: transpiración incontrolable.—

Cinco:— Y siete...—me puse de pie junto al pelinegro y suspiré rendida.

_____:— Furia homicida.—
Cinco:— Furia homicida.—

Mencionamos en esa especie de coordinación que habíamos creado y miramos a Luther.

Luther:— ¿Furia homicida?—

Cinco:— Sí.—comfirmó luego de bajar sus manos.

Luther:— No sé, entonces, ¿Quizá no sea buena idea?—

_____:— Es la peor idea que hemos tenido hasta ahora.—sonreí sin gracia afirmando la opinión de mi hermano.

Cinco:— Es una porquería,—también afirmó— pero ¿Qué otra opción tenemos, Luther?—

Luther:— No lo sé, pero ya los veo un poco histéricos, es la verdad.—inmediatamente Cinco dio media vuelta y caminó rápidamente al grandote.

Cinco:— Oye, Luther, vamos a necesitar tu ayuda para atravesar esta prueba.—avisó teniendo la completa atención del más alto— Necesitamos un guardián.—

Era cierto, necesitábamos ayuda, no había nadie más, y Luther era un perfecto candidato para cuidar nuestras espaldas.

Luther:— ¿Un guardián?—

_____:— Bueno, eso de ser un guardaespaldas se te da muy bien, ¿Puedes hacerlo?—

Luther:— ¿Entonces sería un cómplice?—me miró y yo asentí, si decidíamos involucrar a Luther en nuestro desalmado plan, claramente se volvería un cómplice.

Cinco:— Si la psicosis paradojal se vuelve aguda, te necesitamos para que nos ayudes a cumplir nuestra tarea, ¿Sí?—explicó y Luther pasó su expresión dudosa a una decidida— Y pase lo que pase, digamos lo que digamos, tenemos que tomar el maletín. ¿Okay?—

Luther:— Okay—

Cinco:— Okay.—

_____:— Okay.—dijimos uno tras otro— Hay que irnos, antes de que me arrepienta.—Cinco accedió y caminé directo a la salida sin darme cuenta de que el rubio no nos seguía.

Me Confundes, Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora