Capítulo 5

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Pogo:— ¿Alguno desea decir unas palabras?—preguntó mirándonos. Claro que nadie se animó, por lo que él tuvo que dar sus palabras. Realmente no estaba poniendo mucha atención. Al menos hasta que Diego habló.

Diego:— Era un monstruo,—Klaus rió, en otro caso habría sido imprudente reír, pero, es Klaus—una mala persona y un peor padre. Y el mundo está mejor sin él.

Allison:— Diego.—

Diego:— Mi nombre es Número Dos, ¿Sabes por qué? Porque nuestro padre, no se molestó en ponernos nombres reales, mamá tuvo que hacerlo.—

Y si que tenía razón. Papá era una persona egoísta e insensible, siempre lo fue y todos lo sabíamos, pero yo no era quien para hablar de esa forma frente a sus cenizas, y Diego tampoco.

Mamá:— ¿Quisieran algo de comer?—

Vanya:— No, está bien, mamá.—

Diego:— ¡Si quieren presentar sus respetos, adelante, pero reconozcan la clase de persona que era!—su cabello estaba goteando por la lluvia.

Luther:— Deja de hablar, ya.—

Diego:— ¡Tú más que nadie deberías estar de mi lado en esto, Número Uno!—

Luther:— Te lo advierto.—habló amenazante.

Diego:— ¿Después de todo lo que te hizo? ¡Tuvo que enviarte a un millón de kilómetros de aquí!— Diego seguía con su terco discurso y yo estaba cada vez más molesta.

Luther: —¡Que dejes de hablar, Diego!—se veía bastante molesto ya.

_____:— Diego, ya cierra la boca.—si continuaban así seguro terminaría mal.

Diego:— ¡Todo porque no soportaba el hecho de verte!—

Luther finalmente lo atacó, los golpes por parte de ambos no cesaron en ningún momento y sabía que tampoco tenían intenciones de parar. Hace tiempo no veía una de sus peleas y vaya que no las extrañaba.

Cinco:— No tengo tiempo para esto.—mencionó Cinco y se marchó.

De un momento a otro Luther dio un mal golpe que Diego esquivó y terminó destruyendo la estatua de Ben.

Allison:— Y la estatua de Ben murió.—

_____:— Que imbéciles.—dije con enfado y tomé del hombro a Henry que miraba la escena aparentemente incómodo, para entrar de una vez.

Estaba por irme con Allison y el rubio, pero lo que me detuvo fue que Diego sacó una de sus cuchillas.

Vanya:— ¡Diego, no!—

_____:— ¡Baja eso!— el mencionado hizo caso omiso a mi comentario y lanzó la navaja, directo a la cara de Luther. Con suerte pude desviarla un poco, haciendo que solo cortara su brazo. Podía decir que por mi podrían matarse, pero no de forma literal.— Vámonos.

Henry asintió y ambos fuimos adentro.

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Henry:— ¿Qué haremos ahora?, no podemos volver aún, sería riesgoso.—

_____:— Lo sé, de cualquier forma fue riesgoso venir aquí, pero no podía solo quedarme con la noticia de que mi padre murió.—

Henry:— Pregunta.—se sentó a un lado de mi sobre la cama— Tus hermanos, dijiste que no los ves desde los catorce, ¿Cómo es que no te creían muerta o algo así?— me preguntó sacándose los zapatos y aventando ambos al suelo.

_____:— Todos se fueron a una edad muy temprana, seguro creían que había escapado o algo parecido, es un milagro que aún no pregunten por qué me veo así. Además, somos ocho hermanos defectuosos, nada de lo que vemos nos es raro.—dije poniéndome de pie.

Me Confundes, Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora