Capítulo 28

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Allison:— Ahora todo el mundo quiere ver poderes.—se burló mientras jugaba con el popote en forma de sombrilla en su vaso.

Luther:— No somos animales de circo, no vamos a sostener balones sobre nuestras narices y aplaudir como focas para tu diversión.—Luther se opuso y vaya que era bueno verlo tan decidido frente al viejo, de quien nunca desobedeció una sola orden.

Diego sin perder más tiempo lanzó uno de sus cuchillos, haciendo que el filoso objeto pasara justo a un lado del rostro de papá, quien se mantuvo quieto y luego comenzó a escribir algo en una pequeña libreta sobre la mesa.

Diego:— ¿Qué escribes?—

Todos dejamos nuestra atención sobre las letras de papá.

Reginald:— Eres un cero por dos, jovencito.—Allison contuvo una risa y Diego se molestó, tanto así que se puso de pie seguro para, seguramente, tratar de pelear con papá.

Cinco tuvo que teletransportarse delante de nuestro hermano y detenerlo, antes de que este llegara a desatar un problema mayor.

Cinco:— Diego, basta.—

Reginald:— Oh, eso es interesante.—habló ante la habilidad del ojiverde.

_____:— ¿Podemos volver a lo importante?—pregunté y Cinco regresó a su asiento.

Cinco:— De acuerdo, un repaso veloz. Luther, superfuerza. Klaus se comunica con los muertos, Allison convence a cualquiera de que haga lo que sea.—señaló a cada uno para darle a saber al viejo de quién hablaba.

Diego cortó las palabras de Cinco.

Diego:— Salvo porque jamás lo usa.—

Allison:— Oí el rumor, de que golpeaste tu propia cara.—luego de algunos segundos, Diego se golpeó a sí mismo justo a la mitad del rostro.

Diego:— Diablos.—se quejó del dolor y cubrió con ambas manos su cara.

Negué un par de veces, a ese paso nunca tendríamos una conversación que nos llevara a algo de utilidad.

El viejo examinó a mis hermanos y luego paró sus ojos en mi, probablemente porque Cinco no me había señalado ni mencionado mi habilidad.

Elevé mi mano apuntando en dirección a papá y atraje lentamente el cuchillo que Diego había lanzando momentos antes. La navaja pasó a un lado de Reginald y él analizó cada movimiento hasta que el arma llegó a mi mano. Eso fue suficiente para que el viejo asintiera y dejara su mirada en nuestra hermana restante.

Reginald:— ¿Y tú?—le habló a Vanya.

Luther:— Ah, mejor si no le pedimos pruebas a Vanya.—

Klaus:— Sí, me parece que no sería una gran idea.—también opinó.

Luther:— Sí.

Vanya:— Está bien, puedo controlarlo.—contestó tranquila y tomó un tenedor de la mesa.

Dejé la cuchilla de Diego sobre la mesa y escuché a Vanya, era mejor si no hacía nada para probar su posesión de poderes, no sabíamos que podía causar.

Allison:— ¿Controlarlo? La última vez que lo hiciste, hiciste explotar la luna.—ellos tenían razón, no era que no confiara en Vanya, pero podía ocurrir de todo ya que ella aún no aprendía a controlar sus poderes.

Todos comenzamos a negar, estábamos tratando de evitar su siguiente movimiento, pero sin hacer caso a las tantas oposiciones, Vanya golpeó el vaso frente a ella creando una pequeña y aguda onda de sonido, preocupada puse mis manos frente a mi rostro por cualquier situación. No teníamos de otra más que intentar cubrirnos.

Me Confundes, Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora