Capitulo 41

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_____:— Tiempo sin verte.—le sonreí sin tratar de mostrar una sola gota de alegría.

Lila pareció sorprenderse un momento al verme delante de ella repentinamente, pero después me devolvió un amable gesto lleno de hipocresía.

Lila:— Me alegra que estés aquí, pero creí que no te vería de nuevo.—achique los ojos y fruncí el ceño por su confesión— Cinco debió matarte cuando mi mamá se lo ordenó.—

Reí sin ganas. Debí haber supuesto que Lila sabía del plan de su madre por deshacerse de mí.

_____:— Lila, tienes que estar muy trastornada para creer que eso pasaría.—hablé sarcástica.

Lila:— Me llamaste por mi nombre, estamos progresando.—volvió a sonreír— Es una lastima, no llegaremos a la etapa de mejores amigas.—

Luego de esa última mención se movió velozmente en mi dirección y mandó uno de sus puños directo a mi rostro, golpe que esquivé dando varios pasos hacia atrás y aprovechando ese tiempo para quitarme la pesada gabardina que aún llevaba encima y dejarla caer a un lado de mí, no demasiado lejos pero sí lo suficiente para que no me estorbara. Teniendo mucha más movilidad levanté mi brazo izquierdo, poniéndolo por arriba de mi cara y evadiendo así un nuevo ataque de Lila, con la misma extremidad tomé rápidamente el antebrazo de la pelinegra para tenerlo inmovilizado y ahora fui yo quien llevé uno de mis puños a su rostro, lo diferente fue que sí logré ejecutar el golpe.

Lila ladeó la cabeza, no tardó en recuperarse y entonces sentí que mi muñeca, la cual aún estaba cerca de su cara, era rodeada con fuerza por su mano restante, mi muñeca dolió cuando Lila la presionó y dobló con fuerza, no dejándome más opción que soltar su antebrazo para poder hacer algún otro movimiento.

Antes de poder reaccionar, Lila estampó los nudillos de su mano, ahora libre, contra mi mejilla izquierda llevándome a retroceder, ladeé ligeramente la mitad de mi cuerpo y devolví el golpe mandando mi codo izquierdo fuertemente hacia la nariz de la contraria. Estaba lista para seguir, pero de un momento a otro Lila desapareció completamente de mi vista.

Llegó a mi mente la manera en que había usado el poder de Vanya hace solo unos instantes, parecía haber tomado la energía que mi hermana esparció por todo el campo.

Probablemente ya estaba absorbiendo algo de mi teletransportación también.

No tuve tiempo de girar, ya que algo inesperado chocó abruptamente contra mis tobillos haciendo que mis pies se separaran del suelo y mi espalda tocará bruscamente el mismo. Sentí la falta de aire en mis pulmones por un momento y esa punzante muy desagradable sensación al caer, Lila se teletransportó una vez más, apareciendo a un lado de mi cuerpo.

Recuperé el aliento pero no hice esfuerzo alguno en moverme, en cambio solo observé a la chica acercarse lentamente a mí con una enorme sonrisa triunfante en el rostro. Cuando sus pasos se detuvieron a escasos centímetros de mi hombro, levantó el pie derecho y lo llevó peligrosamente sobre mi torso, antes de que pudiera tocarme me teletransporté, quedando de pie nuevamente y de frente a la espalda Lila. Ella reaccionó bastante rápido, se dio vuelta y yo tomé el tiempo de ese movimiento suyo a mi favor, retrocediendo solo unos centímetros para apoyarme sobre mis talones, girar para darme algo de impulso y posteriormente impactar mi pie con su torso.

Ella por obvias razones se inclinó, así que sin perder tiempo levanté la palma de mi mano rápidamente hacia mi gabardina sobre el suelo y usé mi telequinesis para tomar el lazo que se encontraba atravesado a la altura de la cintura de la prenda.

¿Dónde diablos estaba la corbata de Cinco cuando la necesitaba?

Regresé mi atención a Lila lo más pronto posible, a ella le estaba siendo complicado recuperar la postura, y eso era perfecto. Quizá mi actual cuerpo no me favorecía, pero se trataba de la exactitud del golpe, no de la fuerza.

Me Confundes, Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora