|Capitulo 37|

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Una molestia en el estómago me despierta, me duele mucho y quiero moverme pero mi cuerpo no se inmuta, siento unas manos que me acarician los brazos y una sonrisa se forma en mis labios

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Una molestia en el estómago me despierta, me duele mucho y quiero moverme pero mi cuerpo no se inmuta, siento unas manos que me acarician los brazos y una sonrisa se forma en mis labios.

Zack.

Digo en mi mente pero entonces comienzo a sentir las manos de verdad, siento como los callos rozan mi piel y la agresividad de estas, las manos de Zack son suaves y siempre me tratan con cariño, como si fuese una flor.

Comienzo a abrir mis ojos despacio y me encuentro con un piso de losetas blancas, veo mis pies descalzos y socios de algo negro,  están amarrados y luego veo las patas de una silla entonces recuerdo todo.

El parque. Recuerdo que estaba con Mateo, recuerdo que el fue a comprar un Helado y... alguien me agarro y me puso algo en la nariz... el olor fuerte que hizo que me desmayara.

Pienso en desamarrarme los pies pero me doy cuenta de que mis manos también estaba amarradas detrás de la silla que estoy sentada, sacudo mi cuerpo desesperada y las manos bruscas vuelven a tocar mi piel.

Volteo la cabeza para atrás y entonces veo la cara de un hombre desconocido, está vestido de negro entero, chaqueta, camisa, pantalones. Su rostro no es para nada conocido y me mira con una sonrisa en los labios que me hace tensarme.

- ¿Que estoy haciendo aquí?- murmuro desesperada- ¿Que me van a hacer?.

- No se que hará el jefe pero dijo que yo podría hacer lo que quisiera- dijo en mi oído.

- Por favor no me hagan nada- dije entre sollozos.

- Deja de lloriquear- dijo- ya despertó- murmuró

Dando pasos apresurados el hombre salió y seguido de este entró otro a la habitación pero este no era cualquier hombre... Mateo. Fue Mateo quien entró seguido de este.

Camino despacio acercándose a mi con las manos metidas en un pantalón fino que llevaba puesto y una camisa blanca con su pelo rubio alborotado.

- La princesita por fin despertó- dijo con una sonrisa ladina

- Dile que me suelten, Mateo, por favor- dije sin prestarle atención a su tono de voz.

- ¿Quieres que te suelte, princesa?- dijo y yo asentí dejando que las lágrimas rodaran por mis mejillas- No lo voy a hacer.

- Por favor suéltame, eras mi amigo- dije sollozado- ¿por que estoy aquí? Yo... yo no he hecho nada.

- Si, princesita, créeme que haz hecho bastante con tu maldita existencia- dijo quedando frente a mi. Saco su mano y agarro mi cabello y lo apretó para luego hablarme- con el simple hecho de existir... llegaste a la vida de Zack y te voy a destruir, a los dos- dijo susurrándome al oído.

- Zack no a hecho nada... no hemos echo nada.

- Cállate porque no sabes que mierda estás hablando, cállate maldita sea- dijo halando fuerte de mi cabello- Zack destruyo mi vida y eso voy a hacer yo... le quitaré lo más Preciado de su vida, su joya preferida. Se la devolveré pero la usare primero, te usare como la maldita destructora que eres.

- Zack, te va a matar- dije sin saber lo que decía

Lo segundo que sentí fue su mano impactar con mi cara haciéndola a un lado con la cachetada que me dio, mis dientes chocaron y solté un sollozo por el dolor.

- Zack- murmúrese en mi interior.

- No me hará nada, tengo lo que lo vuelve loco y eso le da desventaja, se va a culpar, se va a destruir el solito pensando en donde está...

- Si según tu te destruyo- dije esforzándome- Si lo hizo, lo hizo cuando yo no estaba en su vida, así que ¿si lo hizo antes que te asegura que no lo hará de nuevo?- pregunto mirándolo a los ojos.

Sus ojos se volvieron más oscuros y pude sentir la rabia que sentía porque apretó más el agarre que tenía a mi cabello sacándome un grito, sentí como si mi cabeza fuera estallar.

- No se quien eres- continúe diciendo a pesar de que sabía las consecuencias- No se que te hizo Zack como para que le tengas tanto odio y no me importa, puedes hacer lo que quieras conmigo puedes matarme ahora mismo si quieres pero ¿sabes que? A el no lo vas a destruir haci de fácil porque admito que yo soy débil y fácil de hacer cualquier cosa pero Zack no... seguro ahora mismo se está matando la cabeza pensando en donde estoy pero no tardará en darse cuenta de que está perdiendo el tiempo y una vez que lo haga te va a destruir. Una vez que me hayas destruido a mi, te va a venir a buscar a ti y te va a dar donde más te duele porque tú ya lo dijiste, tienes a la única persona que lo vuelve loco.

Su mano me soltó y solté un gemido no de alivio porque senti que el mundo se me iba a salir sino porque saqué lo que tenía dentro y por primera vez no senti miedo.

Salió de la habitación sin mirarme y sin decir una sola palabra pero podía sentir como lo herí , pude sentir como sus pasos se detuvieron detrás de la puerta.

Escuche murmullos pero no llegue a reconocer lo que estaban diciendo. 

No iba a negar que estaba aterrada de lo que este tipo me podía hacer y no se... no se que era lo que estaba pasando, pero no quería sentir miedo, ya no quiero ser débil.

Tres hombres entraron y caminaron hacia mi, no me opuse a que me pusieran la bolsa negra, no me opuse a que me pararan de la silla y no me opuse a que me arrastraran hacia  donde me llevaran.

🌼🌼🌼

Ah pero que nuestra Anita tiene agallas. Le salieron bolas.

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