|Capituló 42|

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La vida se te puede ir de las manos como si fuera agua, en un parpadear de ojos

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La vida se te puede ir de las manos como si fuera agua, en un parpadear de ojos. En el momento en que sentí caer mi cuerpo contra el suelo, no temí, no le tuve miedo a la muerte, no, porque aún no era mi turno, no pensaba morir y dejar a Ana, a mi madre, a mi familia dentro de toda esa mierda.

Termino de ponerme la camisa blanca cuando los ojos de Ana se encuentran con los míos por el espejo.

- Zack, necesitas descansar apenas...

- Dure dos días acostado en la cama sin hacer nada, tengo cosas que resolver. Iré a ver la casa.

- Pero el doctor dijo que debías mantener reposo- dice mirándome cómo una niña enojada.

Termino con el último botón de la camisa para girarme y caminar hacia ella, guió mi mano a su cintura y la pego a mi cuerpo.

- Estoy bien amor- digo poniendo un mechon de pelo  detrás de la oreja, le doy la corbata negra que tengo en la mano para que me la ponga.

Sus manos colocaron la corbata con delicadeza, su ceño se fruncía mientras hacía el nudo, cuado termino subió la mirada an mis ojos soltando una risita.

- Por que me miras así?- pregunta queriéndose apartar pero se lo impido pegándola más a mi cuerpo.

- ¿Como te miro?- pregunto devolviéndole la  sonrisa.

- Como si... si me de

- ¿Como si te deseara?- pregunto, ella asiente queriendo bajar la mirada a sus pies pero se lo impido colocando mi mano debajo de su barbilla para que me mantenga la mirada- eso es lo que hago, te deseo.

Sonrió cuando su cara se pone roja como un tomate, me apodero de sus labios con ansias. No me canso de hacerlo, es como si fuera mi droga. Con la mano libre agarro una de sus nalgas haciéndola gemir.

Succionó su labio inferior, por Dios, voy a enloquecer.

Me despego de sus labios a regañadientes, su respiración es agitada igual que la mía, aún no quito mis manos de su cuerpo y quisiera no hacerlo pero hoy es cuando debo hacerlo.

- Tienes que irte ¿no?- pregunta cómo si no quisiera que lo hiciera.

-Sii- respondo

Retiro mis manos de su cuerpo dando un paso a tras, sus ojos bajan a mi entrepierna sonrojándose, sonrío sabiendo la causa.

- ¿Puedo ir contigo?- pregunta.

- No,no, volveré en cuanto pueda- digo caminando a ella para darle un beso en la frente.

-Bueno- dice caminando conmigo hasta la sala- Te quiero.

- Yo igual- digo caminando a la camioneta.

🌼🌼🌼

La casa está hecha un desastre, todo está hecho cenizas, escombros, de la vista que teníamos ya no queda nada, todo es gris sin color.

INMARCESIBLE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora