2
Esa noche experimenté de nuevo la sensación de agobio que ya habíamos tenido en la mesa, aunque en menor medida. En la habitación no había mayor problema, puesto que nosotros íbamos a dormir en la nuestra como siempre, y los demás en sus habitaciones correspondientes.
El problema real venía en las salas comunes. Estaban a tope. Y más contando con que seguían celebrando y haciendo alboroto. Yo me fui a dormir temprano, y no era el único.
De mis compañeros de cuarto Aknor había pensado lo mismo que yo. Damos supuse que seguiría a lo suyo en la biblioteca subterránea, donde apenas se oían voces para asombro de todos. Álex por su parte estaría en la enfermería cuidando de Vince. Lo más probable es que no durmiese con nosotros esta noche.
-¿Cómo pretenden que mañana vayamos a clase con este jaleo? –le pregunté a Aknor, que ya estaba tumbado y arropado.
Él me miró sorprendido.
-¿Qué clases? –preguntó soñoliento. –Esos guerreros no nos dejaban dormir, nos despertaban cada media hora... -se lamentó. –Perdona por estar arisco, pero tengo mucho sueño atrasado.
No me pareció arisco en ningún momento.
-¿Mañana no hay clase? –insistí.
-No –dijo seco. –Perdona. Supongo que nadie te lo explicó. El juego del bosque siempre se celebra antes de las vacaciones del Imbolc. Después del juego la Academia deja de dar clases durante cinco semanas, y los alumnos regresan a sus casas. Los que tienen casa claro.
¿Imbolc? El abuelo no celebraba esa fiesta en la granja. Quería seguir preguntándole, pero al momento empezó a roncar y supe que no habría quien lo despertase. Me tumbé en mi cama tal y como hizo él y traté de conciliar el sueño.
Lo único bueno de los ronquidos de Aknor era que ensordecían a la multitud fiestera.
Me pregunté si algún día yo sería como ellos, un alumno de sexto o séptimo que se pasaba por la Academia a ver como los jóvenes de mi gremio se jugaban la vida en el juego del bosque. Probablemente no.
A pesar de los esfuerzos de Zigor, sentía que este no era mi lugar. Aunque era lo más parecido a un hogar después de Hassen.
Esa noche no soñé nada raro, ni tuve visiones extrañas. Esa noche dormí bien, muy bien. Diría que fue la última vez que dormí tan bien en mucho tiempo.
3
Fue Zigor quien me despertó. Por las ventanas aún no entraba el sol y algo me decía que debían de ser las seis de la mañana. Un horario del que uno se desprendía fácil pero que nunca se echaba de menos.
-Vamos –me susurró para no despertar a Aknor y Damos.
Que considerado por su parte.
Salimos del gremio y, como uno podía esperarse, el amanecer no estaba ni aproximándose.
-¿Por qué tan temprano? –pregunté, o sollocé. No sabría decir.
-Asher nos espera –dijo sólo.
Caminamos hacia el jardín trasero que tan bien conocía, y cada vez estaba más lleno de gente. En esta ocasión estaban Asher y Lara, como siempre, junto con Amílcar. Nosotros fuimos los últimos en llegar.
-Tomad asiento –nos invitó Asher. Él era el único sentado.
Una vez todos nos acomodamos a su alrededor, empezó a hablar.
-Revisamos la muralla entera –anunció el director, -y nada, ni un rasguño en la roca, ni una sola puerta abierta.
-Pudo entrar hace tiempo y que nadie se hubiera dado cuenta –comentó Lara. –Quizás lleva mucho tiempo en nuestros bosques vagando, puede que incluso se criase aquí dentro. Quizás incluso haya más...
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(COMPLETO) EL CANTO DEL FÉNIX. Llamada al Alba (Canto Primero) Nacimiento
FantasyEn el centro de un antiguo bosque, rodeado por altas montañas, se eleva un pequeño pueblo de nombre Hassen. No es un lugar importante. No hay historias de grandes guerreros, ni cuentos o hazañas de los habitantes de esta villa. A orillas de este pu...