Capítulo 1

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Una gota cae en medio de la cerámica del suelo de su habitación. Será un día caluroso. Lo sabe porque ha visto la predicción del clima en la app de su celular. Con la temperatura tan elevada, la mayoría de personas estarían afuera bebiendo una algo helado y refrescante, estarían haciendo lo posible para disminuir el pesado y hostigante calor, tal vez buscando alguna sombra que los resguarde o agitando un abanico hacia su cuerpo mitigando la sensación.

Sin embargo siempre existen aquellas personas que hacen la diferencia ¿verdad? 

Siempre hay alguien que parece remar contracorriente.

Como es el caso de Jeon Jungkook, que en un día en el que el sol parece probar la paciencia de muchos, él por el contrario parece ver aquello como una oportunidad mas para ejercitarse.

Sin prenda alguna en su torso, deja a la vista su trabajado cuerpo, el cual ha sido construido a base de constancia principalmente, pues Jungkook no se catalogaría a él mismo como una persona que se esfuerza, simplemente trata de hacer lo que debe.

Diría que es alguien mas bien responsable con los demás y con él mismo.

A pesar de portar una musculatura considerable, Jungkook no es un presumido y tampoco le gusta mucho recibir atención, es por eso que la mayoría de compañeros que lo ven en su colegio a diario nunca apostarían a que el chico tiene aquella arquitectura corporal.

Su rutina a pesar de ser simple a sus ojos, es condenadamente estricta y compleja para los demás. Jungkook practicó taekwondo desde los 6 años y cuando abandonó este deporte a la edad de 12 años, siguió entrenando su cuerpo como un habito esencial en su vida. Podría decirse que es un deportista, aunque él no se considere como tal.

Aunque él no considere que hacer 2 horas de deporte y ejercicio diario no cuenten como uno.

Clock Strikes de ONE OK ROCK es lo que se escucha a reventar en su habitación mientras realiza su serie numero 4 de flexiones de pecho. Estas horas del día que dedica a entrenar son tan vitales para él que son equiparables a lo que la "hora feliz" en un bar representa para muchos. Se divierte, ejercita y además descansa su mente de todo lo que pueda agotarle de su realidad. Se siente en paz cuando el sudor producto de su esfuerzo brilla sobre su piel.

Es por eso que cuando la música se interrumpe debio a el tono de llamada de su celular, su ceño se frunce, y se detiene para dar un suspiro de irritación mientras se dirige a contestar.

—¿Qué mierda quieres, Tae? —es lo primero que pregunta con voz agitada a al ver que se trata de su amigo.

Son las 10 de la mañana y Jeon Jungkook ya esta irritable, ¿quién lo diría? —la voz de su amigo suena divertida y aunque Jungkook se encuentre verdaderamente irritado, nunca podría tomárselo en serio con Taehyung. —Lamento molestarte con mi amistad, imbécil.

Jungkook se frota la cien un momento rogándose calma y calculando mentalmente cuántas repeticiones iba del ultimo ejercicio —Solo dime qué quieres, Tae. Quiero volver a entrenar.

Deberías calmarte un poco —sugiere —sé que te gusta causarnos miedo a todos con tus enormes músculos, pero-

—Tae... —advierte Jungkook en un tono que exige ir al punto.

—Voy para tu casa, llego en unos 20 minutos. Quiero comentarte algo del club de-

— Tae, ya te lo he dicho cientos de veces —le interrumpe —No pienso unirme.

Un suspiro cansado se escucha a través de los altavoces —Solo ábreme la maldita puerta cuando timbre, la ultima vez me dejaste afuera por una hora y termine ayudando a la señora Choi a hacer las compras-

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