Capítulo 36

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Jungkook

La alarma de mi celular suena y gruño tanteando la sabana con mis dedos para tomarla y jalarla cubriéndome por completo. Mis párpados pesan aún por el sueño y me permito ceder a las dulces garras de la somnolencia, hasta que vuelve a sonar aquella alarma y sé que está vez será muy difícil conseguir volver al mundo con el que soñaba.

Con un suspiro me destapo y vuelvo a gruñir revolviendo mi cabello. Siempre he sido un hombre madrugador pero hay días en que quisiera mandar todo a la mierda y seguir durmiendo sin ser consciente de mi realidad o preocupaciones, justo como hoy.

Me siento en el borde mi cama y me pasó las manos por mi rostro tratando de despejarme. Salir del calor de mis sábanas hace lo suyo para despertarme paulatinamente. No sé cuánto duro viendo fijamente un zapato hasta que la alarma vuelve a sonar y está vez la apago poniéndome al fin de pie.

Empiezo a arreglar mi habitación un poco, recogiendo las prendas que bote en diferentes lugares ayer cuando me desvestí y caí exhausto en mi cama. Recojo cada cosa y la pongo en su lugar mientras tarareo algo y mi mente viaja al día de ayer de inmediato; el día en que después de 6 años decidí volver a la música en forma.

Y todo por el chico que duerme a escasos metros de mi habitación. 

Ayer fue extraño.

No hay otra palabra para describirlo.

No solo tuve unas inmensas ganas de abrazar y pegarme a Jimin todo el día sino que además sentí algo raro en mi pecho cuando tocamos nuevamente juntos. Sé que la nostalgia hace parte de ello, pero no puedo negar que hace mucho no me sentía tan vivo, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me sentí tan apasionado y ansioso por realizar algo. No voy a mentir, al principio estaba a punto de mearme encima por la ansiedad de fracasar pero una vez que todo marcho bien -tal como Jimin lo había dicho- y los chicos empezaron a abrazarme yo simplemente me deje llevar.

Canción tras canción, me perdí en su melodía. Me perdí viendo a mi amigo tocar, me perdí en la composición que creábamos todos juntos y me sumergí en la perfección del momento. Pero sin importar que tan majestuosa fuera la sensación, el que Jimin saliera prácticamente corriendo una vez acabamos el ensayo logró desconcertarme y aplacar un poco dicha sensación agradable.

Eunwoo estaba con él y me sentía un poco inquieto con aquella noción. Es por eso que apenas llegué a casa me encerré y escuche música hasta que caí dormido. No quería preguntarle nada o preocuparme. Simplemente necesitaba poner un poco de distancia para no abrumarme con ese momento en el pasillo, ese instante donde estuvimos más cerca de lo que jamás habíamos estado y mi organismo picaba por sostenerlo. 

Sacudo la cabeza riéndome de mi mismo sin entender porqué pienso tanto en las pequeñas cosas. Aunque bueno... No era una cosa pequeña lo que Jimin estaba apunto de decirme ni lo que me dijo. 

Confirmar una vez más que su estadía en Japón había sido horrible me forma un nudo en la garganta y entonces... aquí estoy de nuevo, pensando en él y preocupándome por cada cosa que haya sucedido o pueda sucederle. No sé cómo no me ha mandando a la mierda, debo parecerle un maldito bicho intenso.

Pero pese a ese pensamiento alguien toca la puerta de mi habitación y por el ritmo que tiene ese golpeteo sé de inmediato de quién se trata y mi corazón se oprime.

Bueno... Si le significara un completo fastidio no estaría aquí tocando mi puerta supongo.

Doy una larga exhalación y observo toda mi habitación encontrando todo en orden y me dirijo a la puerta encontrándole con unos pantalones deportivos grises sueltos y un sweater negro. Su cabello rubio esta revuelto al igual que el mío y sus ojos curiosos y pesados me hacen sonreír.

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