Capítulo 24

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Jieun

La voz que anuncia la siguiente parada del tren me saca de mis pensamientos y parpadeo rápidamente mirando alrededor apenada. Oh dios... estoy muy distraída hoy. Llevo leyendo la misma pagina de mi libro una y otra vez y no avanzo porque termino perdida entre linea pensando y pensando. Espero que no me suceda lo mismo en clases...

Acomodo mi maletín sobre mis piernas y corroboro que mi falda esta bien ubicada mientras espero que nos detengamos. Suspiro. Hoy ha sido un día extraño, he estado olvidadiza, casi olvido desayunar hoy, también salí de casa sin mi mi sombrilla y mamá me pregunto si estaba bien. Generalmente estoy muy atenta y concentrada.

El sonido que anuncia la apertura de las puertas se hace escuchar y me levanto caminando hacia la salida. Parece que hoy también habrá un buen clima, el cielo esta bastante despejado y sonrío ante la vista. Mis pies me llevan fuera de la estación y empiezo a caminar hacia el colegio. Llevo 6 años estudiando en la misma institución desde que mis padres se mudaron de Busan a Seúl y me encanta el lugar, me agradan mucho mis compañeros y me encanta participar en la mayor parte de las actividades posibles. Es por eso que estoy en el club de delegados, me gusta reunirme con el equipo para platicar y proponer opción que mejorarán la estadía de los estudiantes. También planeamos eventos y-

Oh...

De reojo me observo en la vitrina de un café y me sorprendo. ¿Hoy luzco un poco mas... arreglada? Lo noto cuando observo mi cabello con algunas flores sintéticas ajustadas, esta vez me puse accesorios, hay un par de anillos en mis dedos, huelo a mi perfume mas de lo normal y... sí, hoy me maquille un poco. 

AAAAAH. Debo verme ridícula. No quiero reconocer la razón por la que he estado tan ansiosa hoy pero tampoco puedo negar que no se relaciona con...

Ugh. Dios... ya me puse roja.

Alzo las palmas de mis manos y golpeo mis mejillas con suavidad.

— No te pongas nerviosa, no te pongas nerviosa — susurro apretando mi piel y ordenándome control. — Es un día normal, todo esta bien — me digo a mi misma frustrada cerrando los ojos y suspirando — No es como si fueras a encontrarte con tu crush de años a estudiar. No, no, no para nadaAAAAA! — Dios, estoy loca, no lo he visto y mi corazón ya esta acelerado.

Observo como algunas personas pasan y se queda mirándome interrogantes y me percato de que acabo de alzar la voz.

— Buenos días — me disculpo y empiezo a caminar con rapidez inclinando mi cara de vergüenza. Doy pasos rápidos mirando apenas a los lados deseando ya estar en... Oh no, en el salón también lo ves Jieun.

Maldición. El primer día... cuando supe que por fin estábamos en el mismo salón me emocione demasiado, estaba contenta de poder verlo mas seguido. Ahora sé que no fue tan buena idea como pensé. Poder verlo distraído, dormido o riéndose con sus amigos con facilidad no es nada bueno para mi salud. Me distraigo con facilidad y es como si mi cuerpo fuera consciente todo el tiempo de que él esta ahí, por mas que intente concentrarme todo el tiempo en clase, mis ojos siempre terminan viéndolo de reojo. 

Jeon Jungkook es demasiado perfecto y creo que todas las chicas lo sabemos.

Desde el primer día que entró al colegio todas las chicas tenían sus ojos sobre él y sigue así hasta el día de hoy. Jungkook no solo es bueno en casi todos los deportes, sino que ademas es super amable y divertido, no habla mucho, todos lo sabemos, pero cuando lo hace es capaz de cautivarte no importa cual sea la situación.

Recuerdo la primera vez que nos miramos. Jungkook en ese entonces estaba en el club de futbol y la mayoría de chicas íbamos a ver sus partidos, siempre tienes una amiga que esta enamorada de un chico que juega algún deporte, también hay chicos lindos jugando allí, así que generalmente todas terminamos mirando y siguiendo los partidos de cualquier deporte, siento que es como algo habitual en los colegios. Ese día jugaban contra un colegio vecino en un campeonato regional, era un evento importante pero yo estaba preocupada porque no había podido estudiar lo suficiente para un examen. Había dicho que vería la primera parte  del partido y luego me marcharía a la biblioteca, mis amigas habían escogido la primera linea de bancas en las gradas y fue por eso que era fácil ser golpeado por el balón allí.

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