Capítulo 42

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Jungkook

— Tenemos que montarnos otra vez — le digo a Taehyung con la euforia prendiendo mis venas mientras le arrastro de nuevo a la fila.

— No, joder... 2 malditas veces es suficiente ¿Estas demente? ¿A quién le gusta tanto que le revuelvan el cerebro? — se queja Tae cogiéndose la cabeza con el ceño fruncido — De hecho tengo ganas de vomitar — hace un sonido de arcada y ruedo los ojos. 

— No es para tanto... — empiezo pero cuando veo su rostro verde me detengo — Em... bueno quizás solo una vez mas para mi — digo riéndome.

— ¿Sabes? Hace rato quería que pasáramos tiempo juntos... pero si hubiera sabido que este era tu jodido plan habría preferido no verte por el resto de mi vida. — exclama tocándose el pecho.

— Mierda, que cruel...  — suspiro y le empujo suavemente cuando avanza la fila — solo son unas simples atracciones, todas son seguras y han sido probadas-

— ¿Nunca has visto el canal de Dross o vives debajo de una piedra? — Me mira con una expresión de claro desconcierto — Jungkook, han habido muchos accidentes en parques de diversiones, chicos triturados, niños sin piernas... — Dios santo, este chico sabe como arruinar un día. 

— Sí, bueno... hay accidentes de todo tipo en todos los lugares del mundo. Por favor... hay gente que ha muerto resbalándose de la ducha o atragantada. Eso si que es una mala manera de morir — puntalizo viendo de reojo como un par de chicas me miran de forma intensa y desvío la mirada incomodo. — Ademas ya habíamos venido antes, este parque tiene como 20 años...

— Apuesto a que llevan esos mismo 20 años sin hacer resvisones — me interrumpe Tae con los ojos entrecerrados. Ruedo los ojos.

— Nos hemos montado 2 veces, ¿qué mas pruebas quieres? — pregunto llevando mis ojos a la atracción. Se trata de una estructura enorme de mas menos unos 45m de altura, el soporte de la atracción llega hasta la mitad sosteniendo el centro de un largo tramo de acero que tiene en sus extremos dos asientos que giran. Es decir... no solo gira el brazo de la atracción sino que los dos asientos en los extremos también giran... es básicamente estar girando y girando sin parar mientras sientes el exagerado cambio de presión y ves por parpadeos el suelo y como podrías morir si tan solo algo fallara. — Genial — murmuro cuando escucho los gritos ensordecedores de dos chicas. 

— No es genial, maldito enfermo. Haré la fila, pero me quedare justo al lado, te subirás tú solo. — dice molesta Tae.

— Vale... — accedo cansado y vuelvo a ver la atracción.

¿A Jimin le gustaría subirse?

Aunque no lo parezca, ese solecito lindo y tiernito es jodidamente difícil de asustar, el chico es intrépido, no tiene dudas para hacer lo que se propone, lo sé porque muchas veces en las practicas de Taekwondo el instructor le indicaba intentar hacer volteretas y Jimin no solo las ejecutaba con mejor precisión que todos sino que no dudaba en hacerlo si era su primera vez, era audaz y seguro de si mismo, siempre estaba viéndole...

Siempre estaba viéndole... Joder.

Mi cara enrojece cuando recuerdo como me sentí ayer al tenerlo en mis brazos y carraspeo. 

— Em... bueno ¿y qué tal? — pregunto tratando de despejar mi mente. Tuve suficiente con estar despierto hasta la madrugada pensando y pensando. Tae rueda los ojos.

— Me has preguntado eso como unas 20 veces...

— Pues sí... no es que contribuyas mucho a construir una conversación. Solo te quejas... — gruño.

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