Capítulo 25

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Ya era de noche. Luz había estado todo el día pensando en que había pasado por la mañana.

Se acostó en su cama, cerró los ojos y intento dormir.

Pero estaba demasiado estresada por todo lo que acababa de pasar.

Quería encontrar a Amity, pero no habían posibilidades.

-Solo soy una tonta adolescente enamorada... Que no se da cuenta de lo que se puede y lo que no...

Unas lágrimas recorrieron sus mejillas, dando paso a un llanto silenciado por la almohada.

Luz lloró hasta dormirse.

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-Hola.

-¡King!

Luz abrazó a King.

-Te hechaba de menos...

-Yo también.

Se sentaron, y se contaron algunas anécdotas.

Después de mucho tiempo, ya estaba anocheciendo.

-Una cosa, Luz...

-¿Si?-dijo sonriendo.

-Porque... ¿Porque no puedes aceptarlo?

Luz palidecio. Miro a King. Una leve brisa se llevó a King, que se había convertido en polvo.

Todo se volvió cada vez más oscuro.

-no... ¡No de nuevo! ¡Basta!

Unos susurros la llamaban en la oscuridad.

Luz empezó a llorar.

-¡BASTA! ¡No! ¡CALLATE!

Callo al suelo de rodillas.

Alguien la obligó a mirar arriba, sujetándole la barbilla.

-Luz, tu ya lo sabías. No perteneces a ese mundo, y ellos no pertenecen al tuyo. No puedes obligarte.

Luz se intentó alejar de ese ser, pero estaba paralizada.

-Amity ya no se acuerda de ti. ¡Porque no eres nadie para ella!

-No... ¡No es cierto!¡Callate!

Ese ser la levanto sujetándole del brazo.

Estaba presionando tanto, que Luz temía que se rompiera.

-Miralo, Noceda. ¡Mira como no se acuerda de ti!

Unas imágenes de Amity hablando con Hunter aparecieron delante de ella.

-Amity... -dijo ella alegrandose de verla.

-¿Luz ha hablado de mí?-decia el chico.

-Mejor no hablemos de ella.-decia Amity.

Luz se quedó paralizada.

-¿Que...? ¡No es cierto! ¡Eres un mentiroso!

Pero esas imágenes seguían.

-¿Que te cuentas de Luz?

-¿Luz? ¿Como que Luz?

Amity no se acordaba. Luz consiguió separarse de el ser. Se cayó al suelo, apoyo el brazo que el le había estado presionando.

Le dolía demasiado, casi como si se lo hubieran roto. Le miró a los ojos, con odio y temor.

El ser, Belos, se quitó la máscara y sonrió terroríficamente. Luz se estremeció.

-Noceda, olvidala. No eres nadie para ella.

-¡No!-dijo Luz, despertándose.

Se sentó encima de la cama. Paralizada.

"Tranquila, solo era una pesadilla, pero... Era tan real..."

Cuando logró tranquilizarse, apoyó el brazo derecho en el colchón para tumbarse.

Un gran dolor la sorprendió.

Prácticamente podría decir que veía estrellas.

Luz, con lágrimas de dolor en los hijos, palideció al darse cuenta de que el brazo que le dolía, era el brazo que Belos le había roto.

¿Pero no había sido un sueño?

Intentó llamar a su madre, pero solo le salían susurros, no tenía la suficiente fuerza ni para gritar de dolor.

Estaba agotada, física y mentalmente.

Empezó a ver borroso. No podía respirar bien.

-Mamá...lo... Siento mucho...-fueron sus últimas palabras, antes de perder el conocimiento, tal vez... Para siempre.

Todo por regresar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora