Despertar Encantador

404 17 0
                                    

Narra Minnie.

El sonido de la irritable alarma hizo que empezara a abrir mis ojos notando como por el gran ventanal penetraban los primeros rayos de sol, sonreí al mirar a mi costado y encontrarme con la mujer más hermosa a mi lado; Kristal, era toda una belleza, y desnuda era una obra de arte inigualable. Y lo mejor, es que es mi mujer, yo soy la única que la puede ver en todas sus facetas de vida. 

—Amor, despierta, ya ha amanecido. —susurra de forma dulce en el oído. 

—Mmm... Cinco minutos más, por favor, amor... —esta le da la espalda mientras se acurrucaba en las sábanas. 

—Pequeña, tienes escuela.

Reí un poco mientras me ponía en pie y colocaba una bata de baño notando como pataleaba de manera tan infantil que solo me hacía dejar escapar pequeñas risas. 

—Mentirosa, hoy es domingo, ¿no? 

—Para nada Kristal, hoy es lunes. 

Le enseñé mi celular la hora y que pudiera ver la fecha, verle patalear en la cama ya era algo de costumbre, de igual forma siempre se levantaba. Ante ello, me adentré primero al baño a ducharme, lavaba mi cuerpo mientras escuchaba los reclamos matutinos de Kristal sobre lo que es madrugar. Salí y le vi con un semblante de perrito mientras secaba mi cabello.

—Amor, no quiero ir, estoy muy cansada, no quiero ir. 

—Excusas ante tu flojera, de todas formas te tienes que despertar, o a menos que quieras que vaya sola a tu escuela. 

—¿Me estás chantajeando? Yo lo hago mejor... Por favor, quedemos en casa, en verdad no quiero ir hoy.

Se pone de rodillas en la cama mientras con un semblante tierno intentaba hacerla cambiar de opinión, pero definitivamente Victoria era decidida ante sus decisiones que simplemente negó; Kristal termino haciendo otro berrinche que le causaba gracia a la mayor.

—No me vas a convencer así, es mejor que te empieces a arreglar, no podemos demorar mucho.

—Está bien, tú ganas. 

Está bufa mientras se pone en pie y camina directo al baño; una palmada en su glúteo izquierdo le hizo dar un pequeño brinco, permitiendo que me mirara mal. Simplemente, reí antes de tirarle un beso en el aire y salir primero de la habitación. 

—¡Vicky!

—¡No fui yo, fue mi mano!

Dije desde las escaleras riendo, estaba lista, me había arreglado en el baño. Para esta ocasión portaba una camisa de mangas recogidas hasta el codo de color blanco, un pantalón liso de color negro, sus respectivos tacones y el cabello en un tomate alto; un estilo casual y relajado.  Al adentrarme en la cocina, salude a las empleadas quienes estaban terminando el desayuno, ordene que lo llevaran a la mesa del patio, para comer en un espacio libre. Al rato noté como Kristal salía por la puerta corrediza y se sentaba a mi lado, quedando sorprendida por el romántico desayuno; eran unos panqueques en forma de corazón con frutas picadas y jugo de naranja.

—Amor, esto se ve hermoso... Quede sin palabras...

—El mejor despertar debe ser celebrado con un gran desayuno, por lo que le pedí a Gina que nos hiciera este delicioso manjar, así que ven y disfrútalo conmigo —le extendí mi mano para que se sentara más cerca de mí, empezando a saborear dicho platillo.

—Este desayuno si me ha dado ganas de despertar —sueltan una pequeña risita.

Al ver a Kristal tan contenta me dio ternura, hoy estaba dispuesta a solo estar bien con Kristal a la escuela y dar unas órdenes a nuestros empleados, pero, un presentimiento, me decía que Minnie Demon saldría a flote y eso no me gustaba, claramente algo malo pasara y me preocupa que mi pequeña salga lastimada. 

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora