Visita Y Juicio Fatal

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Al llegar a la comisaria con Raúl, ambos estábamos serios por obvias razones. Hemos caído en una trampa, ninguno de nosotros dos por primera vez había hecho algo, pero lo que sabíamos era el que nos hizo esto lo pagaría y bien caro. Además, si quisiéramos haber secuestrado al director no nos fuésemos quedado, la policía llegó muy rápido, simplemente todo fue un truco bien hecho, mis halagos a ese idiota o idiotas.

—No es justo estar en prisión porque alguien se llevó a la dona del director —da una pequeña risita negando para suspirar.

Lo miró de pies a cabeza mientras estaba sentada en aquella plancha que se suponía que era la cama, nos tenían en la comisaría en espera del juicio que era ese mismo día, ¿raro no? Buen truco.

—Relativamente, no estamos en prisión, dudo que estaríamos juntos, o quién sabe en la máxima prisión de seguridad si nos meten juntos en el hueco.

—No puedo creer como estás tan tranquila, ¿no ves lo que está pasando? Ni el mejor abogado nos sacaría de este lugar.

—Lo sé, no soy tonta, lo que te digo es que debemos unirnos para salir de aquí, te propongo un trato —lo mire poniendo mis manos detrás de mi cabeza— solo que debes tener un poco de paciencia.

—¿Cuál es el plan? Porque dudo que nos dejen tener cosas para poder escapar —la mira elevando una ceja mientras se acomoda en la plancha donde estaba esta, sentándose al lado de la chica.

—Las paredes tienen oídos, cuando llegue el momento te lo diré, solo esperemos que ella venga —mire por los barrotes suspirando algo profundo.

Narra Kristal.

Después de varios minutos por fin llegamos a la comisaría donde tenían a mi novia con ese chico, entramos buscando visitar a Minnie Demon, pero no tenían permitido, así que con algunos sobornos fue que pudimos entrar; el poder del dinero era tenaz.

—Kristal, ten cuidado.

—Tranquilo, lo tendré. 

Suspire entrando junto al oficial a donde estaban todas las celdas, al permitirme el ingreso en su mismo espacio, me acerque a ella para poder abrazarla y hablar en susurros, quería llorar, pero no quería mostrarme débil ante ella.

—Mi amor, ¿estás bien? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué te culpan?

—Kristal, tranquila, solo nos culpan porque estábamos en ese momento en la oficina y dicen que fuimos nosotros, pero no fue así y espero me creas, todo ha sido una trampa —le mira tomándole de las mejillas acariciándola levemente.

—Yo te creo amor, haré lo posible para que salgas...

Le di un corto beso antes de volver a abrazarla, cuando escuchamos al otro chico.

—Mierda, Victoria, vienen por nosotros.

—Lo más seguro es que nos condenen, así que ten, aquí está el plan que tengo en mente, espero me ayudes a escapar...

Está susurro y sentí como al interior de mi pantalón metió una hoja doblada papel, que termine dándole un último beso. Mis ojos se cristalizaron un poco, puesto que no le quería dejar, pero unas manos me jalaron separándome de ella a la fuerza.

 —Que lindo momento de pareja, lástima arruinarlo —suelta una pequeña risa para jalonar fuera a Kristal con fuerza al ver que se resistía.

—Es mejor que la sueltes si no quieres hacerle una visita al hospital o a la funeraria —objeta de forma molesta al ver sujeto con una mirada que asusta a cualquiera.

—Yo que tu suelto a la chica, amigo, Minnie Demon no amenaza, ella solo avisa.

—Es... Está bien, pero es que ya se le acabó el tiempo...

El tipo respondió algo nervioso, a lo que aproveche para volver a abrazar a Victoria y poderle susurrar con una sonrisa. —Esto no se quedará así, te lo prometo, los ayudaré. —suspira para salir con Kevin, notando como se los llevaban esposados al juicio.

—¿Quieres ver el juicio o prefieres ir a casa? 

—Vamos a acompañarla, es lo mínimo que podemos hacer...

Suspira un poco para ir con Kevin al aposento judicial, tomando asiento en los últimos lugares del lugar.

—Bueno, aquí todos sabemos por qué estamos reunidos, Victoria Moore y Raúl Cornell solo queremos que confiesen donde está el señor director, si quieren mantener su libertad —los mira con algo de temor, pero orgullo por encarcelarlos.

—¿Por qué debemos aceptar algo que no hemos hecho? —responde Raúl en tono serio.

—Su señoría, ellos mienten, claro que lo hicieron, son narcotraficantes y asesinos, nuestro director no tenía lapsos más que con la señorita Moore, con sus antecedentes no pueden quedar libres.

—Su señoría, las acusaciones que hacen son falsas, porque los jóvenes aquí presenten no hicieron este hecho, si lo fuesen hecho no se fueran quedado en la escena del crimen, ¿no cree? —comenta algo lógico el abogado de los dos chicos.

El debate prosiguió y como era de esperarse, se notaba el favoritismo hacia al abogado de la escuela, sí que los querían presos a toda cosa.

—En verdad que nos quieren presos, no que tenemos que ver nosotros con ellos. —susurra un poco a Victoria.

—No te preocupes, no estaremos mucho aquí de todas formas.

—Bueno, conforme a las pruebas puestas e incluyendo sus delitos anteriores, los dos quedarán arrestados y condenados a un lapso de cuarenta años de prisión, fin de la sesión. 

Golpea el mazo para levantarse y despedir a todos. Ambos terminaron para soltar una leve risita mientras eran esposados, era momentos de llevarlos a la prisión. Sonreí al ver a mi novia y antes de que se los llevaran.

—Es hora de irnos, tenemos que averiguar.

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