Anastasia La Rossa (Hürrem Sultán)

C39

Uno de los hombres que Mahidevran envió como mensajeros para la criada y el guardia que deberían matar a Hürrem regresaron, Mahidevran camino por el jardín y miro al hombre, con calma camino hacia él y se escondieron un poco entre los arbustos para que su hijo no la descubriera.

El hombre hizo una reverencia ante ella —Sultana, he venido lo más rápido que pude— dijo con seriedad.

—¿Qué sucede, me traes buenas noticias? — pregunto con tranquilidad.

—Lamentablemente no sultana, todo salió mal, intentaron hacer lo que le pedían, pero solo lograron herir al esposo de la sultana— dijo con seriedad.

—Maldición, nadie sabe hacer su trabajo bien— dijo enojada.

El hombre la miro con temor por lo que estaba a punto de decirle —Además de eso mi sultana, la criada hablo— dijo con seriedad.

Mahidevran lo miro con furia —¿Por qué no te deshiciste de ella en el momento? —grito más molesta.

—Lo lamento, pero la reacción de la sultana y sus guardias fue rápida, se la llevaron a los calabozos de inmediato y no dejaron pasar a nadie que no estuviese autorizado, además de eso no dejaban que nadie se acercase a la comida que le llevaban, la misma persona le llevaba la comida todos los días, fueron demasiado precavidos— dijo con seriedad.

—Debo hacer algo y planear algo antes de que vengan, iré con mi hijo y le inventaré cualquier cosa, me ayudara como siempre— dijo con seriedad.

Al salir de los arbustos se encontró con un par de guardias —Sultana, debemos llevarla ante su Alteza y después la llevaremos a la capital— dijo el guardia con seguridad.

Mahidevran lo miro y no tuvo más que remedio que ir con él, además de eso dos guardias más tomaron al mensajero y lo llevaron con ellos.

Mahidevran entro en los aposentos de su hijo y este la miro con enojo —¿Cómo pudiste hacer algo así madre? — pregunto con enojo.

—Hijo yo solo quería que ellos sufriesen lo mismo que nosotros, sin ella en el trono podríamos recuperarlo— dijo con seriedad.

—¿Cómo?, enviando criadas para matar a todos mis hermanos, eso es lo que quieres decir— dijo con enojo.

Mahidevran se acercó un poco a él —Hijo, solo hago lo mejor para ti, mereces el trono más que los hijos de Hürrem— dijo con seriedad.

—No madre, si mi padre me quito el trono fue por un error grabe, lo que significa que no soy digno del trono— dijo con seriedad.

—Yo fui la que cometió el error no tu— dijo con seriedad.

—Exacto madre, cometí el error de confiar ciegamente en ti y protegerte cuando no debía hacerlo, no cometeré el mismo error dos veces, te amo madre, pero cometiste un error del que nadie puede ayudarte, aunque me duela lo único que puedo hacer es obedecer y rezar por que la sultana Hürrem sea piadosa contigo— dijo con seriedad.

Mahidevran no rogó más, en los ojos de su hijo vio la decepción y fue lo peor que podría haber visto, ahora solo le quedaba ir a la capital y enfrentarse a Hürrem por todo lo que hizo.

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Mahidevran llego a la capital, caminaba por los pasillos del jardín y en la entrada del palacio había más guardias y estaba Hürrem esperándola con la mirada fría, camino hacia ella, no dijo ni una sola palabra, pero Hürrem la miro con enojo y se acercó a ella dándole una fuerte bofetada que la tiro al suelo.