Anastasia La Rossa (Hürrem Sultán)

C40

—Hürrem, las cosas no están saliendo como las imaginamos en algún momento, creo que deberíamos dejar todo— dijo Bali Bey mirándola serio.

Hürrem lo miro —Quizás tengas razón, no soy lo que imaginaste que sería— dijo con tranquilidad.

Bali la miro era evidente que esta decisión sería la más difícil de tomar —Ya no veo a esa pareja que solíamos ser, confiábamos el uno en el otro y no había malicia— dijo con seriedad.

Hürrem sonrió —Tampoco es la vida que solíamos tener — dijo con tranquilidad.

—Perdóname, no debería pedirte que hagas esfuerzos por algo que quizás no tiene remedio— dijo con tranquilidad.

Hürrem le sonrió, pero por dentro estaba destrozándola, de nuevo tendría que pelear sola, quizás sería lo mejor para ambos —No planeo retenerte, cuando lo desees puedes irte— dijo con tranquilidad.

Bali la beso el mismo estaba clavando un puñal el su corazón al hacer esto.

Hürrem lo miro y acaricio su mejilla —Esto será lo mejor para ambos, vive libre y lejos de este palacio que solo huele a muerte y traición, yo terminaré esta lucha y no dejare a nadie que amenace a mi familia— dijo con seriedad y salió de la sala, se apoyó por un momento en la pared con dolor en el pecho.

Camino hacia los aposentos que solía ocupar antes para poder estar sola, en el camino se encontró con Mihrimah, ella la vio destrozada y la siguió, al llegar a sus aposentos se dejó caer con todo el dolor en su corazón.

Mihrimah entro y la abrazo con fuerza ya no era una niña y Hürrem ya no tenía que ser fuerte por todos.

Bali Bey se fue al día siguiente, no quería hacerlo, pero le estaba exigiendo demasiado a ella y no podía ser lo que él quería, solo era un obstáculo para ella, Hürrem lo vio irse desde la terraza, quizás después de todo nunca estuvieron destinados.

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Paso una semana Hürrem se había mantenido en pie, no había caído a pesar de lo difícil que fue quedarse sola una vez más, llamo a la capital a Ibrahim y su familia, llegaron al palacio, Hatice fue directamente con Sah quien la recibiría y sus hijos fueron con Mihrimah.

Ibrahim fue con Hürrem directamente a la sala del consejo, todos los pashas y beys esperaban su llegada, al entrar Hürrem estaba sentada en el trono con una sonrisa en su rostro.

Ibrahim fue tomado de los brazos y puesto de rodillas ante Hürrem, —Ibrahim Bey, es un gusto volver a verlo, aunque lamento las condiciones— dijo con una sonrisa.

Él sonrió de manera irónica —¿Y eso que significa? — dijo con una sonrisa.

Hürrem le sonrió y aventó una copia de las actas de las reuniones hacia él, Ibrahim las miro y sonrió —¿Y? entonces que pasara ahora— dijo con tranquilidad.

Hürrem lo miro con una sonrisa —Supongo que tú sabes muy bien lo que pasara ahora, quizás el anterior regente no te hizo nada porque no conoció estas actas, pero como fui su esposa es mi deber mantener su honor intacto y eso significa que en este momento serás juzgado y por tus crímenes, tengo muchas quejas de ti en él lugar que estas gobernando, además de eso tengo pruebas de sobornos que los embajadores enviaron y fueron recibidos por usted, de la misma manera que tengo muchas pruebas en su contra Ibrahim, creo que usted sabe cuál es su final— dijo con tranquilidad

Ibrahim comenzó a Reír, Hürrem lo miro con una sonrisa —Lo ve Ibrahim, nunca debe subestimar a una liebre— dijo con una sonrisa.

—Al final la serpiente fue más fuerte que nosotros— dijo con tranquilidad.